Camila Luna / @Charkovsky3_0
Morelia, Michoacán.- Aún con su ausencia temporal de siete meses, Fausto Vallejo Figueroa conservó su protagonismo dentro de la historia que transcurrió en Michoacán este 2013.
A inicios del año, las suspicacias en torno a su débil estado de salud, que aseguran, ya se encontraba desgastada desde su campaña electoral comenzaron a hacer eco, y sin querer, advertían lo que en próximos meses ocurriría.
En un principio el propio Fausto Vallejo aseguró que su retiro obedecía a una tos y una hernia que no ponían en riesgo su vida, aún sin tratarse de algo grave, el mandatario solicitó licencia en dos ocasiones para ausentarse.
En total, fueron 7 meses los que Vallejo se separó del cargo, un hecho histórico para Michoacán, pues desde hace 20 años ningún gobernador había solicitado al Congreso local permiso para un retiro transitorio.
En su lugar, Jesús Reyna adquirió la titularidad de gobernador Interino de Michoacán, a quien se le cuestionó en innumerables ocasiones el estado de salud del mandatario con licencia, pero fue después de varios meses cuando reveló que el gobernador electo se había sometido a un trasplante de hígado.
Durante su ausencia, los rumores respecto a la desgastada condición de salud de Vallejo y su posible incapacidad para retornar a la gubernatura se hicieron aún más evidentes, aunque de vez en cuando apareciera en algún medio nacional para asegurar, que su estado de salud era estable y pronto regresaría.
Fausto Vallejo fue criticado severamente debido a que su ausencia, señalaban líderes partidistas, legisladores locales y federales, generaba incertidumbre e inestabilidad en un estado, que de por sí, ya se encontraba fracturado por los conflictos sociales, el golpe de inseguridad y las complicaciones económicas.
Aun cuando Fausto Vallejo retomara su cargo, consideraban, Michoacán requería de un gobernador “de tiempo completo”, responsabilidad que quizás Vallejo no podría cumplir.
A su regreso, la oposición pedía certeza sobre su salud, petición que Vallejo nunca atendió, pese a los constantes cuestionamientos por su condición real y únicamente se avocó a asegurar que se encontraba en perfectas condiciones y que ése, el tema de su salud, no volvería a tocarse públicamente.
En su ausencia, Michoacán vivió momentos legendarios, los más destacables quizás, la proliferación de grupos de autodefensa en tierra caliente que brotaron para hacer con su propia mano a la inseguridad generada por la presencia del crimen organizado.
Ante esa situación, Vallejo fue tajante al declarar en noviembre que habría detenciones a los guardias comunitarios que trataran de llegar a más territorios, amago que hasta hoy no ha cumplido y en tierra caliente, las policías civiles siguen su avance.
