La Costa Nahua es el hogar de uno de los cinco grupos étnicos que viven en Michoacán. Una región geográfica privilegiada por su belleza natural, pero donde la vida no se gana fácil, además de la marginación en que viven, ha sido escenario de cruentos enfrentamientos entre grupos armados.
También el tráfico de drogas y la presencia de cárteles fue el motivo para que la gente se levantara en armas hace seis años; aunque los grupos delictivos se disolvieron, la gente sigue patrullando y vigilando las carreteras, están organizados prestos para entrar en combate si es necesario.
Esa región privilegiada por la naturaleza es el sitio donde desovan las tortugas marinas, en mayor cantidad la tortuga golfina, aunque también arriban las clases conocidas como tortugas negras, verdes, y en menor cantidad, apenas unos cinco nidos cada año, la enorme tortuga laúd.
Este fenómeno es posible gracias al trabajo que hacen los indígenas de la costa nahua. En las diferentes playas de Michoacán hay 14 campamentos oficiales, y el que tiene la mayor arribazón es el de Ixtapilla, en el municipio de Aquila.
Apenas 800 metros de playa es refugio para más de un millón de quelonios que cada año nace en este sitio, son más de cien mil nidos los que hay que cuidar. Donde nacen las tortugas allí regresarán en su edad adulta para hacer también sus nidos.
Este fenómeno explica por qué la recuperación de tortugas ha registrado un aumento exponencial. Hace 26 años, la preservación inició con menos de 100 nidos, la gente creía que eso no daría resultado.
Al año siguiente fueron más, y a los tres años, por primera vez vieron a las tortugas que llegaban de forma masiva, era la primera vez que veían una arribazón con la luz del día, antes sólo llegaban tortugas por la noche, tenían que hacer vigilancia para saber dónde estaban los nidos.
Hoy el fenómeno se aprecia casi todos los días, aunque hay cuatro arribazones masivas a lo largo del año, cada arribazón dura en promedio una semana, en ocasiones más, incluso se han llegado a contar 15 días en que las tortugas están llegando a hacer sus nitos todo el tiempo, día y noche, con lluvia o con sol.
Punta Ixtal, es el nombre de este campamento, su historia reciente es muy peculiar, en medio de conflictos sociales que poco a poco comienzan a cicatrizar, hace cinco años sufrieron el peor atentado cometido por el Ejército Mexicano, pero la gente ha sabido organizarse.
Con un parco apoyo de gobierno, han sabido apropiarse de este refugio tortuguero, y a pesar de ser un fenómeno migratorio tan asombroso, no tienen declaratoria de reserva o santuario, las zonas decretadas como área protegida están en otras playas cercanas, Mexiquillo y Colola, a media hora de distancia.
Punta Ixtal tiene la característica que tienen otros sitios privilegiados por la naturaleza, están olvidados por las instituciones del sector ambiental, ellos mismos dicen que en la Profepa ya ni siquiera los escuchan, cuando otros años esta dependencia comprometió otorgar todos los apoyos necesarios para la mejor preservación de las tortugas en este sitio.