Ir21 / Foto: Kathryn Grace
Científicos de la Universidad de Utah (EE.UU.) confirmaron en las conclusiones de un estudio que relaciona el cambio climático con el peso y las condiciones de los recién nacidos en países subdesarrollados, que existe un vínculo directo entre bebes cada vez de menor peso y los cambios globales del clima.
El estudio se desarrolló entre más de 70.000 niños nacidos en 19 países de África entre 1986 y 2010, relacionando el peso que tuvieron los bebes al nacer con la información de cambios climáticos registrados durante los nueve meses de gestación.
“Los descubrimientos realizados, demuestran que en las etapas primerizas de desarrollo intrauterino, el cambio climático tiene el potencial de impactar significativamente los resultados del nacimiento”, apuntó Kathryn Grace, profesora de la Universidad de Utah y jefa del equipo investigador, en un comunicado de prensa donde revela los alcances del trabajo. (Más información aquí)
El potencial de consecuencias es similar globalmente
El trabajo pauta que potencialmente las consecuencias del problema son ya similares en todo el planeta, aunque recién se constata ocurren masivamente en el mundo subdesarrollado. “Si bien la severidad del impacto depende de en dónde la mujer embarazada vive -para este caso el mundo en desarrollo- podemos observar el potencial de consecuencias similares en todas partes”, resumió la docente. Agregó que los esfuerzos ingentes que se realizan en África para apoyar a las gestantes, pueden quedar inutilizados casi totalmente, si no se tiene en cuenta la incidencia del cambio climático y se actúa sobre el problema de manera urgente.
“Todos los servicios en los que invertimos para apoyar a estos países en desarrollo no llegarán al mismo nivel de beneficios mientras el cambio climático continúe. Servicios como la educación, los esfuerzos para el agua limpia y el soporte nutricional no llegarán a ser efectivos: Tenemos que trabajar más rápido y diferente para combatir el estrés evidente causado por cambio climático”, sentenció la especialista.
El trabajo aparece esta semana en la publicación especializada Global Environmental Chan