César Vázquez / @LetraMia
Yurécuaro, Michoacán.-A Yurécuaro le han matado a un héroe, a un guerrero de carne y hueso que defendió a un pueblo contra los criminales, eso fue para ellos Enrique Hernández Salcedo, un luchador que dio su vida por defender a su gente.
Homenajeado en la plaza principal, fue despedido por todo el pueblo, entre ellos su familia, sus amigos, sus vecinos y todos los que lo siguieron en la lucha contra el crimen organizado y luego contra el entonces comisionado para la Seguridad y Desarrollo Integral, Alfredo Castillo Cervantes, quien encarceló y torturó a los autodefensas de este municipio.
Todo eso se recordó en el último adiós que le dieron al fundador de los autodefensas en este municipio enclavado en los límites de Michoacán con Jalisco y Guanajuato.
Con indignación, pero también con temple, varios ciudadanos hicieron uso del micrófono para despedir a quien les enseñara a luchar, el que nunca se dobló a pesar de los anteriores intentos de asesinato y las constantes amenazas que le llegaban.
“Mi padre siempre fue así, honesto, leal, desde niño sus amigos y sus maestros lo recuerdan con una persona que en realidad era humano; cuando yo lo visité por primera vez en la cárcel me decía para consolarme a manera de broma: ‘ahora sí me sorprendieron, tienen unas prácticas de tortura muy innovadoras’”, refirió su hija, María Guadalupe Hernández, tratando de resumir cuál era la personalidad del líder de las autodefensas de ese municipio.
También buscaba ser presidente municipal por Morena, como una alternativa para lograr en definitivo un nuevo gobierno que atendiera al pueblo.
Aunque la gente lloraba al llevar el féretro camino al panteón, eran más fuertes los gritos de vivas y hurras que le lanzaban al héroe del pueblo.
“¡Viva Enrique, viva nuestro héroe!” gritaban unas porras, “¿Quién va a ganar? ¡Enrique!” gritaban otros.
El cortejo fúnebre marchó desde la iglesia del pueblo hasta el Panteón Municipal, casi diez cuadras en las que los restos de don Enrique fueron despedidos con aplausos y vivas en cada esquina donde había espectadores; la gente lo despedía con aplausos y los campesinos quitándose el sombrero a su paso.
Hay miedo entre los habitantes de Yurécuaro, pero es más grande la indignación. La muerte de su líder moral y defensor no los amedrenta, “nos quitaron a un gran luchador, pero él ya nos había enseñado a luchar”, expresó su esposa.
La candidata estatal de Morena, María De la Luz Núñez, anunció ante los dolientes, que pedirán a las autoridades electorales que se mantenga el nombre y la imagen de Enrique Hernández en las boletas electorales, “él tiene que llegar como presidente”, confió Núñez.
En una inesperada aparición, el padre Gregorio López, otra figura cercana a las autodefensas de Tierra Caliente, pero quien últimamente se ha dejado ver en las campañas de la panista Luisa María Calderón, aprovechó la tribuna de la iglesia, donde participó de la misa concelebrada para al final ofrecer un discurso y pedir a la gente que dejen las armas, que busquen la pacificación del pueblo y en la medida de lo posible se deje de derramar más sangre.
También se presentó públicamente el priista Guillermo Valencia, movido, dijo, por la lucha que mantuvieron ambos personales en contra del virrey Alfredo Castillo Cervantes, pero en el mismo discurso que ofreció en la plaza municipal de Yurécuaro, confesó que nunca conoció personalmente a Enrique Hernández, “pero telefónicamente sí nos comunicamos”.
Finalmente, el dirigente estatal de Morena, Miguel Ángel Sandoval, anunció que después del suceso todos los candidatos se mantienen en pie, a pesar de que al menos dos docenas de ellos están igualmente amenazados.
“Pero la gente está indignada, tiene coraje más que temor, nadie se baja, todos van a dar la lucha de cara a las elecciones del próximo 7 de junio; incluso aquí en Yurécuaro el comité municipal pidió el apoyo para reponer al candidato, y nosotros los vamos a apoyar en todo lo que ocupen”, estableció Miguel Ángel Chávez.
