Por Ángel Linares
(16 de febrero, 2014).- El autor es estudiante de Cine del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos de la UNAM. Miembro fundador de Estudiantes Socialistas por la Paz en el Estado Táchira, Venezuela.
Ni “movimiento”, ni “estudiantil”, ni “venezolano”… del “pseudoheroismo” a ridículas bravuconadas (II)
¿Por qué no es Venezolano?
¿El hecho de que los jóvenes que desestabilizan el país sean venezolanos, lo hace venezolano? NO. ¿Por qué? Esta más que comprobado el financiamiento que reciben organizaciones de derecha de la USAID (Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional) y del NED (Fundación Nacional para la Democracia de Estados Unidos). Estas organizaciones de derecha son las que como experimento de laboratorio han realizado las convocatorias recientes. El fuego se encendió en una protesta realizada en la Universidad de Los Andes en el núcleo Táchira, sin razón alguna.
El Táchira fue elegido como el centro de experimentos políticos debido a que es una de las regiones que concentra un amplio porcentaje de población opositora, y uno de los bastiones más fanáticos del estudiantado de derecha. La estrategia era generar un efecto dominó en estados como Mérida, y que poco a poco se fuera expandiendo. La apuesta inicial era conseguir los mártires en Táchira o Mérida.
La situación en Táchira es paradójica. A pesar de que históricamente la oposición ha ganado este Estado en elecciones presidenciales, actualmente está gobernada por un político del Partido Socialista. ¿Por qué? La terrible gestión que llevó el gobernador derechista César Pérez Vivas. Creo que Táchira es el Estado que ha padecido una de las gestiones más corruptas y desastrosas a manos de la derecha, para incluso replantearse la necesidad de acabar con su histórico bastión y dejar las riendas del Estado a manos del chavismo. Sin embargo, el fracaso de sus modelos políticos a nivel regional no es suficiente para que entiendan lo inviable de su “proyecto” a nivel nacional.
Es más que conocida la relación política que mantienen “dirigentes” “estudiantiles” (cabe hacer hincapié en las comillas por cada palabra) opositores con partidos políticos de derecha en Estados Unidos, España o Colombia. Es desde allí donde se gestan los intentos de desestabilización. Sus logos, estrategias y discursos no difieren mucho de la organización derechista Otpor, sumado a que se tragan el refrito de fórmulas Sharpianas para intentar derrocar a un “dictatorial gobierno”. No sólo eso, dichos sectores están permeados culturalmente con un fuerte componente aspiracionista de imitar el life-style estadounidense. Son ellos los que durante su juventud sienten vergüenza por la tradición y cultura venezolana. Su lucha no es por la patria, término que por ciertos hoy han borrado de su léxico y tratan con sorna y desprecio, su lucha es por conquistar intereses del más alto carácter egocéntrico.
Sobre el pseudoheroismo, la adrenalina y otros tópicos
He encontrado en las redes sociales de algunos conocidos venezolanos comentarios donde destacan su “heroísmo” y “valentía” casi posando en angelicales escenarios de ciudades destruidas con un eclesiástico coro de querubines haciendo comparsa. Pretenden dar la vida por el país, así, diciéndolo sin pelos en la lengua, hablan de #LaCalleSinRetorno y al menor olor a gas lacrimógeno, a la menor dosis de adrenalina, corren despavoridos.
¿Qué es lo que ocurre entonces? Claramente los “líderes” opositores han prometido estatuas y memoriales eternos a los estudiantes que caigan en su batalla, han infundido un coraje artificial, pues carecen de cualquier tipo de convicción y claridad en su “lucha”. Los líderes opositores han inoculado el virus del heroísmo en los jóvenes estudiantes para que ofrenden su vida en el intento de que la derecha vuelva a asumir el poder.
Es entendible entonces que en la aventura de la protesta violenta, los jóvenes, muchos de ellos buenos amigos, no puedan entender que tienen que asumir las consecuencias de dicha aventura. Y es comprensible entonces que se indignen y que tengan rabia, no son ellos quienes tendrían que estar en medio de los gases lacrimógenos, en lluvias de perdigones, no son ellos los que tuvieron que haber muerto, los que tendrían que asumir esas consecuencias son sus líderes, los que los han arrastrado hasta allí irresponsablemente y les han lavado la cabeza para hacerles creer que su misión en la vida se resume en la cantidad de piedras que puedan aventar en estos días.
Sin embargo, es tan grande la ceguera de estos jóvenes, que no pueden asumir el costo de sus bravuconadas, que haciendo nuevamente una analogía, si en un bar golpeas a alguien, es probable que te regresen el golpe, y lo más preocupante es que poco podrán hacer las fuerzas del Estado, cuando quienes quieran regresar el golpe sean las mayorías chavistas del país que ven con hartzago el intento por destruir un proyecto político que con tanta sangre y esfuerzo se ha venido construyendo. Si la oposición sigue desestabilizando y el Estado conteniendo, entonces la respuesta del pueblo bolivariano será el aplastamiento de las fuerzas desestabilizadoras, en pocas palabras, una guerra civil sin precedentes, donde los culpables no se mancharían ni con tantita sangre.
Apuntes sobre la represión
El 12 de febrero fue la protesta más sonada a nivel internacional, y por ende los actos represivos, injustificados pero poco claros también. Aquí es importante hacerse varias preguntas y analizar detenidamente las imágenes que han surgido.
La cifra es de por sí sospechosa: 1 chavista y 2 opositores muertos. Esta cifra revela un ataque que no fue unilateral. Pocos medios hablan y contextualizan lo que ha venido ocurriendo en días anteriores. La desestabilización se remonta al 4 de febrero, donde en San Cristóbal, Estado Táchira, la acción violenta ha ocurrido día y noche sin parar, y en esta situación no se ha generado un solo herido de gravedad, y los detenidos han sido liberados pocas horas o días después de su detención.
NO hay más muertes al interior del país, NO hay detenciones arbitrarias, los detenidos han sido durante los hechos de desestabilización o portando material que pretendía generarlos, NO se han atacado manifestaciones pacíficas. ¿Entonces en donde está una política represiva del gobierno, hablo como política, no como una represión aislada (e insisto, para nada plausible) cuando durante más de una semana en varios rincones del país han acontecido situaciones de extrema violencia?
A manera de conclusiones
• El “movimiento” “estudiantil” “venezolano” es un “movimiento” claramente partidista, vinculado con los partidos tradicionales de la derecha, que a su vez están vinculados con organizaciones de extrema derecha (como el PP en España o la corriente de Álvaro Uribe en Colombia), resaltando que el antecedente de los actuales líderes opositores es la organización “Familia y Propiedad” que reivindica la ideología fascista.
• El “movimiento” “estudiantil” “venezolano” no quiere asumir las responsabilidades de las acciones de violencia acontecidas en días recientes.
• El Estado venezolano ha permitido la libre manifestación sin represión en distintos puntos del país a pesar acciones de violencia, por ejemplo, los sucesos del 15 de febrero en Chacao o las marchas del 16 de febrero. Se está garantizando la plena libertad de expresión en prensa, radio y televisión, destacando que el 80% de los medios de comunicación en Venezuela están en manos de la propiedad privada que es adversa el gobierno.
• Lo que ocurre hoy en Venezuela es un prefacio de una guerra civil de consecuencias inimaginables. La poca vocación democrática de los sectores de la derecha, que en tan sólo dos años podrían estar convocando a un referendo revocatorio, es decir, usando herramientas constitucionales para consultar a la voluntad popular sobre el futuro de la Revolución, está teniendo como resultado una violencia incontrolable que de no apagarse pronto podría derivar en la respuesta del pueblo organizado que defiende a la Revolución.
• El “movimiento” “estudiantil” “venezolano” no posee propuestas. Se han instalado mesas de diálogo con dichos sectores que han resultado infructuosas debido a la nula participación de los sectores estudiantiles. Sencillamente las protestas están motivadas por consignas que se lanzan desde la dirigencia partidista opositora y los medios de comunicación, no por argumentos nacidos desde las bases estudiantiles.
Hoy, 16 de febrero, la situación es preocupante. Se esperan jornadas difíciles para los días lunes y martes. El llamado es a contextualizar la información, a no dejarnos llevar por la propaganda ideológica de los medios de comunicación de la derecha que han descalificado históricamente cualquier proceso político que se enfrente a los designios del capitalismo, a cualquier proceso que quiera profundizar la democratización.
En Venezuela hay problemas tangibles: inseguridad, inflación, corrupción, etc. El gobierno está intentando resolver estas situaciones con políticas claras y que han demostrado efectividad. Las problemáticas sociales en Venezuela son de un alto grado de complejidad que responden a la herencia de un país sumido en la miseria antes de la llegada de la Revolución.
Hoy Venezuela se replantea las formas de hacer política con la organización y la autonomía del pueblo en la toma de decisiones. Hoy en Venezuela enfrentamos nuevamente la herencia cultural del capitalismo, donde la lucha de clases es una realidad, donde el pueblo a pesar de estar en el gobierno, sigue sufriendo los vilipendios de los que han sido más poderosos históricamente. Estos días podrían ser decisivos, el pueblo podría dar su golpe final, revertir la historia de 500 años de dominación de los más poderosos, o perder ante la barbarie, una de las batallas esenciales para la emancipación latinoamericana.
Ante la evolución del contexto, estaré expresando en los próximos días más opiniones, otros apuntes.
Foto: Xinhua