La actividad sexual en el ser humano no se limita a la reproducción con fines de preservación de la especie; el gozo por sí mismo es un elemento que adquiere un gran peso al momento de la cópula entre dos personas, sin que se busque, necesariamente, la procreación; en este punto la búsqueda y obtención del placer puede generarse de distintas fuentes y a través de las prácticas más variadas dependiendo de cada persona, algunas de éstas pueden ser moderadas o extremas de acuerdo al tipo de fantasías e imaginación de sus practicantes.
Dichas prácticas sexuales reciben el nombre de parafilias (παρά, pará: ‘al margen de’, y φιλία, filía: ‘amor’) y son comportamientos sexuales en los que el placer se obtiene de algún elemento o actividad alterna al coito.
A todas las prácticas sexuales fuera de lo común se les consideraba perversiones, pero a partir de 1987 la Asociación Estadounidense de Psiquiatría eliminó este término del manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, y las categorizó como filias.
La opinión que se tiene de las parafilias puede ser a favor o en contra, pero lo cierto es que son más comunes de lo que podríamos imaginar, y su práctica, aceptación o rechazo corresponden a experiencias subjetivas que tienen que ver con la educación de cada persona y, por lo tanto, no se puede generalizar al respecto pues, como dijo Nietzsche: “no existen fenómenos morales, sólo una interpretación moral de los fenómenos”.
A continuación presentamos algunos tipos de parafilias y su reflejo en la cultura popular a través de canciones.
Voyeurismo
Esta conducta se manifiesta a través de la contemplación de una o más personas mientras realizan una actividad sexual, o simplemente mientras se desnudan. El voyeur obtiene placer sólo por mirar sin necesidad de buscar un encuentro sexual con la persona o personas a quienes observa, aunque en ocasiones puede masturbarse mientras mira.
Altocalcifilia
Este tipo de fetichismo se caracteriza por la excitación y placer que produce el contemplar zapatos de tacón alto, e igualmente por el uso de estos.
Masoquismo
El masoquista obtiene placer erótico mediante el sufrimiento físico o psicológico por medio de la humillación. Puede obtener placer mediante la aplicación de castigos corporales que varían de intensidad dependiendo del individuo.
Necrofilia
En esta conducta fetichista, el necrófilo se siente atraído por cadáveres, llegando incluso a mantener relaciones sexuales con estos. Esta práctica suele ser más común en hospitales y morgues.
Sadismo
Para el sádico, el placer proviene de infligir dolor físico o psicológico a alguien más; dicha conducta no siempre es expresada en el ámbito sexual. Este término se debe al Marqués de Sade.
Efebofilia
Es la atracción que siente una persona adulta por adolescentes de entre 13 y 18 años.
Froteurismo
Esta conducta se caracteriza por el placer que siente una persona al frotar su cuerpo con el de alguien más, generalmente el área genital, no contando con su consentimiento.
Graofilia
Es la atracción que siente un hombre joven por mujeres mayores que él.
Ipsofilia
Es la atracción y excitación que se siente por uno mismo.
Vampirismo
Es la excitación producida por la ingesta o simple observación de la sangre durante el acto sexual.
Fuente: Cultura Colectiva