El salario mínimo de 570 podría ser una realidad, tras el incremento de 102 pesos impulsado por Andrés Manuel López Obrador.
Cabe señalar que de acuerdo con el Presidente, hubo un incremento al salario de 16% algo que no había sucedido en 36 años, incluso crecieron por encima de la inflación, situación que está permitiendo mantener su poder adquisitivo.
Además la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasami),sostuvo que busca impulsar la recuperación del salario en cuatro segmentos: trabajadoras del hogar, jornaleros agrícolas, profesionistas y salario mínimo.
Andrés Peñaloza Méndez, presidente de la Conasami dijo que la meta es llevar el salario mínimo en el 2024 a los 360.57 pesos diarios.
Quien promovió esta mejora para los trabajadores formales de México es Miguel Santiago Reyes Hernández, el actual director de CFE Energía, la filial de la CFE a cargo de comercializar combustibles como el gas natural.
Hasta el año pasado Reyes Hernández fue el director del Observatorio de Salarios de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México y Puebla.
De acuerdo con El Financiero, entre sus conclusiones señaló que de la población joven conformada por 13 millones 302 mil personas, 66% tiene condiciones laborales precarias y carecen de un salario digno y de seguridad social.
Las investigaciones de Reyes le revelaron que la remuneración mensual nacional en promedio en el comercio es de 2 mil 382 pesos para la gente de menos edad.
Por lo que mantiene una hipótesis de que los accionistas de las empresas se quedan con el 74% de las ganancias y el 26% restante lo dirigen a las remuneraciones de los trabajadores.
Sin embargo cuando hay aumentos salariales, las empresas no consideran invertir en innovación, por ejemplo, sino que simplemente aumentan sus precios en la misma medida, lo que impacta la inflación.
Por ello Reyes propuso que los dueños de las empresas reduzcan su participación en las utilidades del 74, al 50 por ciento del total de éstas. A la para que asignen a inversión y a aumentos de salarios lo que ellos dejen de ganar, sin incrementar los precios de sus productos.
Esta distribución supone un disparo en la productividad y en los sueldos, no obstante señala que debe haber voluntad empresarial para conseguirlo.
“Si se materializa la propuesta nuevamente, habrá riesgos, pero necesarios para un país menos desigual”