El 10 de Junio de 1971 más de 120 estudiantes masacrados por el estado y su grupo paramilitar denominado como “los halcones”.
El 10 de Junio de 1971, un grupo paramilitar de choque entrenado por la entonces Dirección Federal de Seguridad y la CIA, mataron a mas de 120 jóvenes manifestantes en la ciudad de México.
En el periodo conocido como “guerra sucia” en la que el gobierno de Luis Echeverría, con una mano daba asilo político a activistas de latinoamerica, y con la otra reprimía, torturaba, encarcelaba, y asesinaba a los activistas y militantes de izquierda de México, sucedió la matanza del 10 de junio, conocida como el halconazo.
La matanza se produce, debido a que estudiantes del Distrito Federal, mostraron apoyo solidario al movimiento estudiantil en la ciudad de Monterrey, donde el concejo universitario de la Universidad Autónoma de Nuevo Léon, rechazó la propuesta de ley orgánica para un gobierno tripartita en la UANL. Ante este hecho, los estudiantes regiomontanos se fueron a huelga, pidiendo apoyo solidario de las demás universidades del país.
En el DF, estudiantes y profesores de la Universidad Nacional Autónoma de México y del Instituto Politécnico Nacional, salieron a las calles a manifestarse en apoyo a la democratización de la UANL. Para romper la manifestación, y para no hacer tan “evidente” que el estado era la fuerza represora de entonces, La DFS entrenó a un grupo de jóvenes, como un grupo de choque paramilitar, para romper la manifestación desde adentro y poder lavarse las manos posteriormente, señalando que era una riña interna la que rompió la manifestación.
El 10 de Junio de 1971, en plena marcha de estudiantes y profesores, llegaron camiones de la DFS, con el grupo paramilitar denominado como “los halcones”, quienes vestidos de civiles procedieron a golpear y amedentrar a estudiantes y profesores, con varas de kendo, palos y piedras.
En un principio los estudiantes lograron repeler la agresión, pero poco tiempo después, los halcones regresaron, esta vez armados con rifles de asalto de grueso calibre. Los halcones comenzaron a detonar las armas, los estudiantes trataron de huir y resguardarse sin resultado. Todo esto ocurría a plena vista de los cuerpos de seguridad policial, quienes tenían la orden de no intervenir en la masacre.
A pesar de las cifras, los testimonios, las fotografías, los periodistas agredidos y amedrentados, el gobierno señaló que no existía el denominado grupo de “halcones”, y sobretodo negó que estuvieran al servicio de la DFS (aunque posteriormente hubo muchos testimonios de halcones que reconocieron estar en la nómina del estado).
Una vez que la evidencia fue tanta y tan incuestionable, el gobierno de Luis Echeverría “cortó las cabezas” del Regente Alfonso Martínez Domínguez y el Jefe de la Policía Rogelio Flores Curiel.
Hasta la fecha, la versión oficial maneja que los responsables eran a escala local, y que los “halcones” nunca existieron como fuerza represiva de choque del estado.
A 49 años de la matanza
¡Ni perdón Ni olvido!