40 años de espera: Damnificados del campamento Colector 13 siguen sin recibir la vivienda prometida tras el sismo de 1985

Hace cuatro décadas, tras el terremoto que sacudió a la Ciudad de México el 19 de septiembre de 1985, cientos de familias fueron reubicadas en el campamento Colector 13 bajo la promesa de recibir una vivienda digna. Hoy, 40 años después, muchas de esas familias siguen viviendo en casas precarias de lámina y madera, mientras la esperanza de un hogar definitivo continúa siendo solo una promesa incumplida.

Aunque el gobierno capitalino asegura que ya existe un proyecto habitacional que podría comenzar a construirse el próximo año en una parte del predio, la incertidumbre sigue marcando la vida de quienes habitan el campamento, el más grande de la Ciudad de México, y uno de los pocos cinco asentamientos similares que aún permanecen.

A la larga espera se suman tragedias como el incendio ocurrido el 2 de mayo pasado, el tercero en la historia del campamento, que destruyó 33 viviendas y obligó a convertir la pequeña capilla en refugio temporal, convirtiendo al lugar en un campamento de damnificados dentro de otro campamento.

El terreno de 7 mil metros cuadrados, ubicado junto a la estación Lindavista del Metro, ha recibido durante estos años a familias trasladadas por autoridades desde predios expropiados, así como a otras impulsadas por organizaciones políticas. Todas compartían la misma esperanza: que algún día se levantarían viviendas propias en este predio del IMSS.

Hoy, pasillos angostos separan casas de lámina y madera pintadas de distintos colores, con dimensiones que van de cinco por tres a seis por seis metros. Entre las viviendas, se encuentran espacios comunes, lavaderos colectivos y altares religiosos, mientras estructuras metálicas sostienen tinacos de agua sobre postes de luz improvisados.

Tras el incendio de mayo, las autoridades prometieron apoyo y un programa de vivienda, pero cuatro meses después las familias aseguran que nada se ha materializado. Los pocos hogares reconstruidos han sido costeados por los propios vecinos, mientras que la nueva promesa de un proyecto habitacional apenas comienza a definir su alcance. Según la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda, el proyecto se construirá en aproximadamente una tercera parte del predio y se complementará con espacios públicos y comunitarios, aunque la fecha exacta de inicio aún depende de la negociación con el IMSS.

La permanencia de Colector 13 durante 40 años refleja no solo la falta de soluciones, sino también la normalización de la espera como mecanismo de dominación política. Los habitantes aseguran que la corrupción, el clientelismo y liderazgos internos han prolongado la precariedad, mientras la atención oficial llega solo de manera esporádica, generalmente en tiempos electorales.

Historias como la de Carlos García Villegas, quien llegó al campamento a los 15 años junto a su familia, muestran generaciones enteras atrapadas en la espera. “Llegamos con la promesa de irnos en unos meses; ya pasaron 40 años y aquí seguimos. Mis hijos crecieron aquí, y mis nietos también. Aquí está hecha la vida”, relata.

El campamento Colector 13, levantado sobre un predio que sirvió para concentrar los cuerpos de las víctimas del terremoto de 1985, sigue siendo un símbolo de la persistente falta de soluciones habitacionales y de la vulnerabilidad en la que viven cientos de familias en la Ciudad de México, cuatro décadas después de la tragedia.

19 septiembre, 2025

Notas Relacionadas