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Aunque no hay un parámetro certero para medir el nivel de la libido en cada pareja, expertos afirman que no solo difiere de persona a persona, individualmente también es complejo predecirlo porque el ritmo de vida, hábitos personales y ciertos vicios estropean tu deseo sexual.
Silvestre Faya, terapeuta sexual del Centro de Estudios en Sexualidad y Población, explica que la repetición obsesiva de acciones consideradas “reprobables”, desde el punto de vista moral, se le ha denominado vicio. En la sexualidad puede provocar malestar, rechazo, asco o ruptura.
5 vicios que atentan al deseo sexual
Dados los efectos negativos que produce en sí mismo un vicio, presentamos una lista, que de acuerdo con Faya son los que estropean tu deseo sexual.
1. Exceso de ejercicio. Las extensas sesiones en el gimnasio provocan que al llegar a tu casa estés exhausta, sin ánimo de comenzar un romance en tu alcoba. Esto además del conflicto que puede causar, también lleva a la infidelidad o ruptura.
2. Sexo virtual. El especialista señala que la tecnología ofrece la oportunidad de obtener excitación sexual en un mundo virtual, más no real. El conflicto en pareja aparece cuando, previo al encuentro sexual, se consulta indiscriminadamente el celular o computadora para entrar a las llamadas “líneas calientes” y aumentar la libido. Otro problema es cuando no se tiene acceso a estos disparadores del placer, el vigor y entusiasmo se apagan.
3. Masturbación. Si la práctica es excesiva, el apetito sexual llega a perderse. Hay matrimonios que se rompen porque el interés sexual de su pareja disminuye debido a su deseo exacerbado de mirar contenidos pornográficos para estimularse, ignorando a su pareja.
4. Dependencia a juguetes sexuales. Para lograr la excitación, uno de los miembros de la pareja necesita de un previo juego erótico con un objeto o fantasía sexual. Esto genera en el otro, la sensación de no ser él o ella lo suficientemente sensual para despertar su deseo. Como es una conducta repetitiva podría ocasionar hartazgo y enojo.
5. Tabaquismo y drogadicción. Este tipo de vicios genera constante estrés en la pareja, afectando la frecuencia de los encuentros. La necesidad de estimularse cualquier sustancia adictiva, también perjudica la comunicación en la pareja, altera los patrones de demostración de afecto e incluso deshumaniza la sexualidad al grado de llegar a actos violentos o humillantes.
De acuerdo con un artículo de Psychology Today, la disminución del deseo sexual a veces es inevitable en una relación a largo plazo. También puede surgir a causa de ciertos padecimientos o falta de estima.
Si notas que estos vicios han afectado tu deseo sexual, expertos aseguran que sí es posible recobrarlo con terapia, medicamentos y, sobre todo, con la ayuda de la pareja.