(28 de diciembre, 2013).- Mientras el 11.4 por ciento de los niños mexicanos de etapa preescolar en el centro del país prevalece la talla baja y en el norte de 8.9, en el sur se trata del 19.2 por ciento.
Los niños que viven en la región sur del país presentan un peso y estatura por debajo de lo que corresponde a su edad, según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012.
Aunado a ello, alrededor de 21.4 millones de menores de edad –la mitad de la población infantil y adolescente- viven en condiciones de pobreza, consecuentemente, de desnutrición.
Según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONVEVAL), desde abril pasado el 54 por ciento de 39.2 millones de menores de edad, sufren carencia de alguno de sus derechos sociales, es decir educación, salud, seguridad social, vivienda, servicios básicos, alimentación, entre otros.
Carlos Antillón, miembro de la Sociedad Mexicana de Endocrinología señaló en entrevista con el diarioLa Jornada, que la secreción de la hormona del crecimiento se ve mermada ante la falta de nutrientes. “Los grupos que viven en condiciones más precarias, son los que ven más mermado su consumo de alimentos y una de las muchas repercusiones asociadas a la desnutrición es la disminución en el crecimiento. Pero la falta de vitaminas y de hierro también se asocia con un desarrollo mental menos favorecedor. Eso influye en el desarrollo sicomotor y en las capacidades mentales de los niños”, señaló Antillón.
De los casi 40 millones de menores de edad en el país que no tienen acceso a educación, salud, vivienda, alimentación, etcétera, un 13 por ciento, es decir alrededor de 5.1 millones, viven en extrema pobreza.
Siete de cada 10 niños indígenas -de acuerdo a la UNICEF y el CONVEVAL-, sufren pobreza, sólo el 10 por ciento de los menores indígenas viven sin alguna carencia, señala su informe “Pobreza y derechos sociales de niñas, niños y adolescentes en México, 2008-2010”.
De acuerdo con Carlos Antillón, si un niño con desnutrición empieza a recibir una alimentación adecuada, éste podría pasar entre 6 y 12 meses para recuperar la salud, dependiendo, esto “depende de la severidad del cuadro, la edad del niño y si hay algunas otras patologías o enfermedades asociadas. Un niño desnutrido podría recuperarse en seis, ocho o 12 meses”, sin embargo, señaló que de nada serviría que al paciente lo nutran sólo durante seis meses, pues después de un año puede volver a lo mismo.
Si bien la situación está presente en las 32 entidades del país, ésta se acentúa en comunidades de menos de 2 mil 500 habitantes según la UNICEF y CONVEVAL, existiendo un mayor número de infantes pobres en el Estado de México, con más de 2.5 millones y Veracruz y Puebla con más de 1.5 millones en cada uno, mientras a nivel porcentual de habitantes, Chiapas, Guerrero y Oaxaca son los estados donde se registra una mayor pobreza extrema.