Camila Luna / @Charkovsky3_0
Churumuco, Michoacán.- José Manuel Mireles Valverde y un grupo de guardias comunitarios se preparaban para un nuevo levantamiento en armas. Detrás, un arco de concreto daba la bienvenida al municipio de Churumuco, y del otro lado, las barricadas hechas de costales con arena ya protegían las entradas a la localidad.
Mientras llegaba la hora de dar por consumado el levantamiento de la nueva guardia comunitaria, Mireles Valverde pedía a sus acompañantes posaran para una foto. “Que salga el marco, para que sepan que ya estamos en Churumuco, para que diga el gobernador que ni un paso más a las autodefensas”, decía el médico ante las cámaras que lo fotografiaban.
En entrevista, Mireles Valverde afirmó que el levantamiento en armas de los pueblos michoacanos, no terminará en Churumuco pues advirtió que aún quedan más municipios que “liberar de esas lacras”, como suele referirse a los criminales.
Nueva Italia, Huetamo y Ario de Rosales, dijo Mireles, piden el apoyo de los comunitarios para conformar su propio grupo de autodefensa ante el descontento generalizado por los abusos de grupos delictivos, apoyo que sin fecha definida, asegura el doctor, será llevado a lugares.
Sin temor a las advertencias del gobierno, que amaga con detener el avance de más de guardias civiles, Manuel Mireles dijo tajante que el gobierno michoacano no tiene ni la capacidad ni las ganas de detener la aparición de más grupos armados, además de que el de Michoacán, es un gobierno contaminado por el crimen organizado.
“No puede meterse, porque si le vendieron los puestos que tienen (…) los que mandan es el crimen organizado, no el gobierno del estado”.
Luego de la improvisada sesión fotográfica, el líder del Consejo General de Autodefensas, se montó en una de las patrullas de la autodefensa, algunas de ellas con la leyenda “Autodefensa de Zicuirán” otras más, sin más señal que un listón verde colgando, símbolo que a partir de hoy usarán en Churumuco para identificar a los que apoyan la guardia.
En Caravana y tras pocos minutos de camino, las patrullas comunitarias se detuvieron en las oficinas del Ayuntamiento de Churumuco. Manuel Mireles fue el primero en ingresar a la cancha de básquet bol, considerado el sitio más propicio para su disertación ante el pueblo.
Niños, mujeres, ancianos y hombres que aún sin portar arma ya cubrían sus rostros, acudieron al llamado de los coordinadores de autodefensas y escucharon el mensaje del llamado líder de las autodefensas.
Ahí, el Consejero General del Consejo Ciudadano de la Autodefensa de Tepalcatepec alentó a los comuneros a unirse a la guardia civil y levantarse en armas para exterminar al grupo delictivo que opera en esa región.
Parado en una de las gradas de la cancha, cubriéndose del sol con un sombrero, y completamente desarmado, Mireles Malverde daba la declaratoria de un Churumuco “libre” de secuestros, extorsiones y ejecuciones, delitos más comunes en esa zona, según el líder de las autodefensas.
Acompañado de los coordinadores de las guardias comunitarias de Tepalcatepec, Buenavista Tomatlán, Coalcomán y Aguililla, el médico de profesión comprometía el apoyo total de las autodefensas de la región de Tierra Caliente, al tiempo que aseguraba, el Ejército y Policía Federal, también estarían apoyando a los pueblos que decidan conformar su guardia.
Ante las miradas curiosas de habitantes que parecían no entender lo que ahí ocurría, Mireles aconsejaba a los pobladores disimular las armas ante el paso de militares, no para ocultarse, sino como una acción de respeto a las autoridades.
Antes de finalizar su discurso, el líder comunitario pidió a los habitantes que levantaran la mano quienes estaban dispuestos a participar en los retenes, pero apenas una joven levantó la mano, después vino un silencio casi incómodo y sin más rodeos, otra mujer dijo: “Si vinimos a esta asamblea es porque estamos dispuestos a unirnos”. Con esas palabras quedó expreso el apoyo de los pobladores.
Así Mireles y su gente partió a otro poblado que esa misma mañana también sería liberado A treinta minutos de Churumuco, vecinos de la Tenencia de Poturo aguardaban la llegada de los comunitarios.
Los ancianos hasta el frente, tomaron asiento en las bancas de la plaza principal y arriba, en un quiosco, Mireles de nueva cuenta, invitaba a la población a unirse al movimiento de los grupos de autodefensa.
