Sarai Díaz / @Sarai3_0
Morelia, Michocán.-En el olvido viven los más de 11 millones de indígenas en el país, sin acceso a los servicios básicos como la salud, educación, vivienda, empleo, además de que en pleno siglo XXI son discriminados, explotados y marginados por el demás sector de la sociedad.
A la par, son víctimas de la falta de oportunidades, del despojo de sus riquezas y territorios que se agravarán con la implementación de las nuevas reformas, consideró Federico Navarrete Linares, del Instituto de Investigaciones Históricas (IIH) de la UNAM en el marco del Día Internacional de los Pueblos Indígenas, que se conmemora este 9 de agosto.
Las reformas y el despojo
Especialistas en el tema, además de los legisladores y senadores de los partidos de izquierda, han manifestado que sólo con la reforma energética los principales afectados serán los indígenas y pequeños propietarios, debido a que las grandes empresas trasnacionales se apropiarán de miles de hectáreas de tierra y mar para extraer petróleo o generar electricidad, razón que dará inicio a los despojos.
También se afectará al medio ambiente, se les impedirá a los habitantes cultivar las tierras de donde obtienen sus alimentos, además la infraestructura de Pemex contaminara el agua que consumen los indígenas y la de sus animales.
“La riqueza natural de sus espacios no es cuestión de suerte; por generaciones la han protegido y potenciado. La sociedad debería reconocerlos como propietarios legítimos por su trabajo y creatividad. Las nuevas disposiciones ignoran el valor de sus aportaciones y los colocan en una posición vulnerable”,, expresó Navarrete Linares.
En la política, los indígenas también se han visto frenados debido a la discriminación, sobre todo cuando de mujeres se trata, durante la conferencia ‘La libertad política de la mujer indígena mexicana’ a inicios del mes de julio se dio a conocer que en México de 500 diputadas y diputados sólo cuatro son indígenas.
La periodista e investigadora en temas de indigenismo Marta Gómez Rodulfo explica que cuando una de ellas busca protestar por las situaciones en que se encuentran la ley electoral no las apoya, ya que aunque habla de la igualdad entre las mujeres y hombres, no se refiere especialmente a las indígenas mujeres, quienes padecen una discriminación mucho más aguda por su condición socioeconómica y sociocultural.
Falta de oportunidades
De acuerdo a las estadísticas del Instituto Nacional de Estadistíca y Geografía (Inegi), el 89 por ciento de los indígenas en México, viven por debajo de la línea de la pobreza, la mayoría de ellos habita en municipios de alta o muy alta marginación y con los índices más bajos de desarrollo humano.
El índice de analfabetismo es cinco veces mayor a la demás población (la no hablante de lengua indígena), por ejemplo dos de cada tres niños de seis a los 14 años no reciben educación; mientras que en infraestructura, las escuelas indígenas son las peores dotadas en el país, no poseen aulas y mobiliarios, y en la planta de maestros, más de la mitad no tiene una licenciatura.
Datos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) alerta que más de siete de cada 10 de los indígenas no son derechohabientes de alguna institución federal de salud. Además, calcular que 38 de cada 100 niños procedentes de esas comunidades padecen desnutrición infantil crónica, cifra tres veces mayor a la registrada en aquellos no pertenecientes a este sector.
El 23 de diciembre de 1994 se estableció el Día Internacional de los Pueblos Indígenas por la Asamblea General de la ONU , para celebrarlo el 9 de agosto de cada año durante el Decenio Internacional de las Poblaciones Indígenas del Mundo (1995–2004). Una década después se proclamó un segundo lapso (2005-2014) bajo el título “Un decenio para la acción y la dignidad”.