Ecoosfera / Foto: Cuartoscuro
El presidente mexicano muestra un inverosímil cinismo al hablar sobre el compromiso de paliar el cambio climático, cuando sus reformas auguran un sombrío panorama ambiental.
Hace unos días se celebró el movimiento contra el cambio climático más grande del mundo: más de 600 mil personas marcharon en 2 500 manifestaciones, en más de 158 países, mientras se celebra la Cumbre del Clima 2014, bajo el lema: “Señores jefes de Estado, ¡Actúen!”, (en alusión a los políticos).
A esta Cumbre acudió el presidente de México Enrique Peña Nieto, en la que paradójicamente, se ha referido a disminuir el cambio climático, por ello, la organización Greenpeace ha lanzado declaraciones sobre este cinismo: mientras Peña Nieto habla del tema, su paquete de reformas, como la energética, y algunas faltantes por aprobar como la de aguas nacionales, la del campo y el llamado “paquete verde,” relacionado con los cambios energéticos, “auguran una catástrofe ambiental”.
Para Greenpeace, las reformas son el peor retroceso en medio ambiente que ha dado México en los últimos 25 años. Hasta ahora la Reforma Energética aprobada, prevé el Fracking, la energía nuclear (disfrazada como limpia) y el privilegio en la extracción de hidrocarburos. Cabe hacer notar que el gobierno mexicano impulsará el Fracking para extraer gas y generar energía eléctrica: cuando en realidad este es un método que emite Gases de Efecto Invernadero.
Así pues, que el presidente mexicano se refiera al cambio climático en estos momentos, muestra una desverguenza desbordada. Greenpeace además advierte que las reformas venideras sobre el agua y el campo abrirán la posibilidad de que empresas privadas exploten los recursos naturales mexicanos y se comercialicen los transgénicos.
