Morelia, Michoacán.- Amelí Gissel Navarro Lepe, esposa del líder limonero Bernardo Bravo, asesinado en octubre pasado, reafirmó que el legado y la lucha que su esposo inició seguirá vigente.
A pesar del dolor evidente, a dos meses del asesinato del líder citrícola, Amelí Navarro recordó que su esposo encabezó una lucha que va más allá del tema económico, en referencia a las extorsiones que Bravo denunció y que sufren los limoneros del Valle de Apatzingán.
“El mensaje de Bernardo no está apagado, su voz no está apagada y sigue actual en la lucha de los derechos colectivos, de los derechos económicos, sociales, de las personas productoras del campo, de las personas productoras de limón en Apatzingán y en sí del sector del campo en general”, expresó.
Para su esposa, Bernardo era un activista y líder social que encabezaba un sector y defendía los derechos humanos, económicos y sociales del gremio limonero y de la población de la región de Apatzingán, por lo que las investigaciones que se llevan a cabo deben realizarse bajo esa perspectiva.
“El Estado tiene el deber de proteger a las personas que defienden derechos, entonces creo que la línea de investigación debe de considerar de forma inminente la actividad que él realizaba y la trascendencia que tenía en diversos ámbitos. No es que si se deba o no, es una obligación de las autoridades tener en cuenta la calidad de su actividad y claro que deben de tenerla en cuenta en esta diligencia de investigación reforzada que deben de llevar a cabo las autoridades”, consideró.
Se dijo confiada en que las instituciones realicen el trabajo que les corresponde y puedan dar resultados en el esclarecimiento del crimen contra Bravo.
“Justicia, yo la voy a exigir desde mi ámbito como ciudadana, como víctima, como abogada, como defensora de derechos y como esposa de Bernardo”, sentenció.