Revolución 3.0

Rosario Herrera Guido*

En octubre de 1974, tras un concurso interno de calificaciones en la reabierta Escuela de Filosofía de la Casa de Hidalgo, llego como profesora de Lógica a la Preparatoria “José María Morelos y Pavón”, y para sorpresa propia y ajena, me entero por uno de mis alumnos, Javier Zalce Reason, hijo del maestro Alfredo Zalce, que a pesar de sus 16 años de edad se encuentra clasificando los animales del naciente Zoológico “Benito Juárez” de Morelia. ¿Cómo?, me pregunté. Y no obstante mi supina ignorancia en el tema, ya entonces me extrañó que no hubiera un Director Técnico, especialista en fauna silvestre, como encargado de la atención profesional de los animales en cautiverio. Como siempre, toda vez que partimos del nacimiento de cualquier institución, empezamos a comprender mejor su quebranto.

Una carencia de perfiles adecuados que lamentablemente arrastra desde su nacimiento el Zoológico “Benito Juárez” de Morelia. Durante todos sus años de vida, desde el 30 de septiembre de 1970 a la fecha, la inmensa mayoría de los veterinarios encargados de la fauna silvestre, no han sido especialistas en fauna silvestre. Directores van y vienen, pero no a partir de perfiles profesionales sino de criterios políticos, por lo que no les interesa gestionar que exista al menos un Director Técnico, especialista en fauna silvestre, en bien de las especies, la moral pública y la institución. Los veterinarios que se insertaron y siguen llegando al Zoo de Morelia, profesionales y pasantes en veterinaria industrial, no están capacitados para atender a la fauna silvestre en cautiverio. Por lo que, como consignan visitantes y periodistas de diversas épocas, todo puede suceder allí, en contra de los fines de todo Zoo: 1) espacios sin sombra donde se cuecen los animales; 2) animales maltratados cuya depresión habla por sí misma; 3) comida tardía y agua sucia, y en tiempo de calos hirviendo; 4) atención médica, por la falta de perfiles, deficiente y, para colmo, 5) crueldad inexplicable e inaceptable.

Las organizaciones sociales, protectoras de los animales de Michoacán y animalistas, desde que el exdirector Martín Zavala Rodríguez, vendió a cachorros sin terminar de amamantar (y que el exgobernador Fausto Vallejo ordenó al actual director que los buscara y recatara, porque ese cruento acto había ofendido la moral publica, pero que no hizo nada por tal encargo), se dieron a la tarea de contactar a las autoridades de Semarnat (Secretaría de Medio Ambiente y recursos naturales), no sólo para denunciar el maltrato animal sino para proponer remodelaciones y acondicionamientos para mejorar la calidad de vida en cautiverio de los animales silvestres del Zoológico de Morelia. Y gracias a la asesoría y las relaciones de Marielena Hoyo, directora por 15 años del Zoológico del Distrito Federal y de la que me enorgullece contar con su amistad, no sólo realizamos un recorrido por el Zoo de Morelia, en compañía del doctor Jorge Masksabedian, director nacional de fauna silvestre de Semarnat, sino que tras la valoración decidió apoyar con 15 millones de pesos al Zoológico “Benito Juárez”, para una remodelación de espacios que les pudiera dar a los animales en cautiverio una mejor calidad de vida, en bien de los animales y de la moral pública. Desde la visita del doctor Jorge Maksabedian, director de Fauna Silvestre de Semarnat, la desatención del director, mvz. Ezequiel Chávez, que jamás salió a recibir a su Jefe Superior, se anunciaba tormenta, porque era como si viniera a Morelia el Presidente de México y el Gobernador de Michoacán no saliera a su encuentro.

Para vergüenza ajena de animalistas y visitantes, al director del Zoo, el médico Ezequiel Chávez, además de que la moral propia y pública parece no importarle, no le alcanzaron los 15 millones, como para darles un espacio digno y similar a su hábitat, a cuatro lobos que están encerrados en espacios oscuros, sin sol, desde hace un promedio de un año, según consignan denuncias anónimas de empleados (cansados, angustiados y avergonzados de las torpezas y crueldades de su director). Y el médico Chávez, además de no agradecer a los animalistas la parte que les correspondía como gestores del recurso millonario, escondió a los lobos en su tortuoso encierro, tanto de las autoridades nacionales como estatales, en su reciente y lucido Informe, para dar cuenta pública del millonario apoyo recibido de Semarnat.

Como se les ha hecho saber, a todas las autoridades, nacionales y estatales, la agenda animalista, contempla no sólo reformar y redimensionar el Zoológico “Benito Juárez de Morelia, por medio de los indispensables numerales para el bienestar del Zoo: 1) certificar el Zoológico, en base a sus fines y misión, tanto los espacios como el personal, que conduzca necesariamente a contratar por primera vez en su historia, a por lo menos 2 especialistas en Fauna Silvestre, para que uno ocupe la Dirección y el otro la Dirección Técnica, a fin de que se pueda coordinar la atención profesional de los animales; 2) realizar una encuesta para redimensionar el Zoológico, para que a través de la educación y la tecnología de medios los niñ@s y los adultos aprendan realmente sobre la vida de los animales silvestres y no en cautiverio; 3) mientras se realiza la liberación de todos los animales de su cautiverio, sólo mostrar animales silvestres de la región de Michoacán, como lo viene promoviendo Semarnat, una actividad paralela a la educación enfocada a la vida silvestre en libertad; 4) cancelar los recorridos nocturnos que les quitan horas de descanso y de sueño natural a los animales y 5) revocar la Feria del DIF, por el bienestar de los Animales en cautiverio. En suma, que el Zoológico “benito Juárez” deje de ser visto y tratado como un grotesco mercado.

En fin, a nadie debe extrañar que del mvz Ezequiel Chávez, no sólo por sus desafortunados antecedentes en la Perrera Municipal, a la que redujo a matadero municipal (Rosario Herrera Guido, “Control canino o ¿matadero municipal?, La Jornada Michoacán), pues nunca hizo ni el intento de gestionar el sacrificio humanitario de la fauna en condición de calle, sino por mostrar no sólo su desprecio por l@s ciudadan@s animalistas, sino su capacidad para esconder la crueldad y deshonestidad de autoridades nacionales, estatales, medios de comunicación y ciudadan@s, no se puede esperar que redimensione el Zoológico, para educarse y educar a la ciudadanía en el bienestar animal y la moral pública. Es necesaria la condena pública a la crueldad, simplemente porque es inaceptable e injustificable que habiendo tanto espacio en el Zoo de Moreluia, hasta para amontonar basura, cuatro lobos permanezcan durante más de un año en cuartos oscuros (a los que hay que exigir que se les examine por expert@s, para saber, después de sufrir semejante hacinamiento, cuál es su verdadero estado de salud.

*Doctora en Filosofía (UNED) y en Psicoanálisis (CIEP), investigadora, ensayista, analista política, periodista cultural y Miembro Permanente del Centro de Estudios Interdisciplinarios de la Universidad de Craiova, Rumania.

Opinión 3.0

Crueldad y olvido de la fauna silvestre en el ZOO de Morelia

Por: Rosario Herrera