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COCOA Calderón: el arte de mentir… y corromper

Proceso

Las elecciones de 2011 a la gubernatura de Michoacán fueron el último gran intento de Felipe Calderón por controlar el PAN y darle vida a la guerra antinarco. Así, maniobró para que la candidata del PAN-Panal fuera su hermana Luisa María Calderón, quien prometió luchar contra la corrupción. Pero mintió. Proceso consiguió la contabilidad real de esa campaña -nunca declarada a las autoridades- y descubrió que Cocoa gastó 664% más de lo que permitía la ley, y permitió que su hermano Juan Luis atrajera decenas de millones de pesos de manera poco transparente. Colaboradores y periodistas confirman las irregularidades. Hoy, Luisa María intenta de nuevo gobernar esa entidad…

Luisa María Calderón Hinojosa Cocoa violó la ley en la campaña a la gubernatura de 2011, cuando participó como candidata del Partido Acción Nacional (PAN) y del Partido Nueva Alianza (Panal). La hermana del entonces presidente Felipe Calderón rebasó en 664% el tope de gastos de campaña, ocultó a las autoridades su gasto real, mantuvo una “Contabilidad B” y corrompió a decenas de periodistas para que hablaran bien de ella.

Cocoa perdió aquellos comicios, pero actualmente compite de nuevo por el mismo cargo, representando al PAN rumbo a los comicios del 7 de junio.

Tras una investigación de dos años, Proceso logró reunir buena parte de la contabilidad oculta que Luisa María y su equipo mantuvieron en 2011. Se trata de más de 400 documentos (recibos simples, todos originales y firmados; fichas de depósito; facturas; presupuestos; fotos; resúmenes; notas, y archivos electrónicos) que demuestran que hubo muchos más ingresos y egresos que los reportados al Instituto Electoral de Michoacán (IEM).

La autenticidad y la exactitud de estos papeles fueron confirmadas por personas que trabajaron o trabajan en la campaña electoral de Cocoa, por proveedores y por periodistas corrompidos en esos comicios.

Egresos que crecen y crecen

Según analistas, la elección de Michoacán 2011 era de suma importancia para Felipe Calderón. En ese estado nació, ahí declaró la guerra antinarco -que ya había demostrado su sangriento fracaso- y ahí tenía la última oportunidad de mantener su poder dentro de un PAN que él mismo resquebrajó. En su penúltimo año como presidente, el moreliano maniobró para imponer a su hermana Luisa María como candidata a gobernadora. En este contexto se desarrolló la contienda.

El 17 de mayo de 2011, el IEM publicó los topes de gastos para los candidatos a la gubernatura de Michoacán. Cada aspirante podría erogar, a lo sumo, 39 millones 28 mil 574 pesos con 38 centavos durante las campañas, que se realizaron del 31 de agosto al 9 de noviembre de aquel año. Ese dinero provendría tanto del erario como de donativos privados.

La jornada electoral se celebró el 13 de noviembre de 2011. Justo un año después la alianza PAN-Panal presentó ante el IEM el “Informe consolidado sobre el origen, monto y destino de los recursos para las campañas electorales”, correspondientes a la contienda por la gubernatura. Ahí, la coalición reportó un gasto total de 27 millones 771 mil 254 pesos con 73 centavos, una cifra bastante menor al tope legal.

Según este informe – que Proceso consiguió íntegro merced a la ley de transparencia de Michoacán- 4 millones 971 mil 292 pesos con 98 centavos provinieron del IEM (es decir, del presupuesto público), el resto, de aportaciones de los comités ejecutivo nacional y el estatal de los citados partidos, de militantes y de simpatizantes. Ésas fueron las cifras oficiales…

Sin embargo, el documento SEM 2 (un archivo Excel) de la “Contabilidad B” de Cocoa consigna gastos por 272 millones 860 mil 749 pesos con 25 centavos, tan sólo en los rubros de “Tierra” (la propaganda casa por casas), “Electoral” (internamente se le llamaba “Ejército electoral” los encargados de cuidar el voto, representantes generales de casilla), “Jurídico” (equipo de abogados que operaba desde el Comité Directivo Estatal del PAN) y “Publicidad” (anuncios y materiales propagandísticos). Esto significa una erogación que supera en 233 millones 832 mil 175 pesos el límite legal.

Semana a semana y distrito a distrito, SEM 2 muestra que, por ejemplo, sólo del 7 al 13 de noviembre se gastaron 48 millones 82 mil 859 pesos.

“Y ese documento no muestra todos los gastos. No incluye la nómina de las casas de campaña ni lo que se dio a periodistas. O sea, la publicidad en medios sí está, pero no lo que se les entregó por noticias y columnas”, revela una fuente que conoció a fondo la campaña de 2011 y quien confirma la veracidad de los papeles.

Otra página de SEM 2 muestra una tabla con los salarios de los empleados más cercanos a Cocoa, titulada Nómina K3. Ahí se escribieron únicamente algunos sueldos. Se consigna, por ejemplo, que Juan Luis Calderón Hinojosa -hermano de la candidata y del entonces presidente de la República- era “coordinador operativo”, pero sus percepciones son “$0”. Las pagas que sí aparecen suman 3 millones 506 mil 330 pesos mensuales.

Como la campaña duró dos meses y medio, esa cifra debe multiplicarse por 2.5 para saber cuánto gastó Cocoa en nómina: 8 millones 765 mil 825 pesos. Si esta cantidad se suma a lo consignado en SEM 2 se obtiene un total de 281 millones 626 mil 574 pesos con 25 centavos erogados por la candidata.

Publicidad y utilitarios

Uno de los rubros en los que más gastó Cocoa fue el de la publicidad. El documento Gastos varios registra que se destinaron 44 millones a “espectaculares, bardas, banqueta, (publicidad en) transporte, impresión a gran formato, pantallas, globo (aero)estático” y otros rubros menos onerosos. Sólo en este tipo de promoción, por lo tanto, se superó el tope de gastos.

En este apartado sobresale una inversión por 20 millones 592 mil 750 pesos para poner anuncios sobre unidades de transporte público, un sector inmensamente politizado en Michoacán.

Calderón también erogó millonadas en gorras, playeras, lapiceros, pines, llaveros, banderas y similar parafernalia proselitista. En este rubro, desembolsó 33 millones 405 mil 72 pesos con 30 centavos.

El desglose de los recibos evidencia que entre cuatro proveedores se repartieron más de dos terceras partes (24 millones y medio) de esta última partida. Lewis N. Guerra, a través de sus compañías Yelos y Yorte, S.A. de C.V. (de Monterrey), ofreció playeras y otros “utilitarios”. Guerra se llevó, según la Contabilidad B, 14 millones 194 mil 506 pesos con 58 centavos. En cambio, Cocoa entregó al IEM una factura de Yorte por 410 mil 640 pesos.

El segundo gran proveedor fue Ricardo López, quien también aparece en los registros oficiales de “donantes” de la campaña panista. Él cobró 4 millones 606 mil 895 pesos… pero donó 792 mil. El tercero, Óscar Valentín Pérez Vallejo, ganó 3 millones 843 mil pesos, pero Calderón dio al IEM una factura por 116 mil. El cuarto es la compañía Logística Integral, que a través de Sergio Marín cobró 6 millones 800 mil pesos; al IEM se presentó una factura por 510 mil.

Así pues, la mayor parte de los pagos reales se hizo en efectivo o mediante depósitos en ventanilla, y no mediante los formatos y procedimientos que marca la ley. “Bueno por $227,224.16 / Recibí de casa campaña Luisa Ma. Calderón, la cantidad de $227,224.16 como abono referido a las remisiones recibidas #”s 967, 969, 970, 971, 974, 975, 977, 976, quedando como saldo para su pago completo, la cantidad de $2,800,000.00 / (rúbrica) / 31/oct/ll Lewis N. Guerra”, se lee en uno de los recibos.

Eso sí, el equipo de Luisa María Calderón se cuidó de facturar y reportar al IEM compras como “2 cajas de clip cuadradito No. 2 Baco” por 17 pesos con 94 centavos, y un consumo en el Pollo Leñero por 194 pesos.

De hecho, en la contabilidad oculta sólo aparecen dos facturas. Una por un millón 68 mil 360 pesos, pagada por el PAN nacional a In-K imprenta, y otra -cancelada- emitida por Canadian t-shirt (RFC CTS090107878) a la empresa Oceanografía, S.A. de C.V. (RFC OCE791214330, de los hijos de Marta Sahagún, esposa del expresidente Vicente Fox). El concepto es “venta de overoles con logotipo al frente y bordado”, el precio unitario es de “$70,000” y el total facturado, un millón 6 mil 200 pesos.

Uno de los proveedores de las campañas de 2011 y de 2015 confirma la sistemática falta de comprobación de gastos en los comicios anteriores: “En ningún momento vi yo que se manejaran facturas ni nunca hicieron llegar ninguna documentación ni RFC (Registro Federal de Contribuyentes) para facturar. A mí en ningún momento me pidieron hacer las cuentas claras. A veces tenía tickets y a veces no. No había control sobre lo económico. A mí me pagaron por mi trabajo y en ningún momento di factura, ni mi amigo dio factura, ni de la prestación de servicios ni nada”.

¿Quién y cómo se pagó?

Desde 2011, Cocoa busca construir una imagen de política inmaculada. En aquella campaña, aseguró que ella era la única candidata honesta, presumió que era ama de casa y propuso un retomo a los valores familiares.

En ese empeño es apoyada por Felipe Calderón, quien la ha defendido de las acusaciones de corrupción y de presuntos vínculos con La Tuta. El 22 de marzo pasado, el otrora presidente la acompañó durante su registro como candidata y dijo: “Es una mujer honesta. Le pregunto a todos los michoacanos e incluso a sus adversarios: ¿hay alguna duda de la honestidad de Luisa María?, ¿hay la remota sospecha de su honestidad?”. Sí las hay.

Uno de los puntos centrales de la campaña de Cocoa fue el financiamiento. El equipo de Luisa María Calderón tuvo claro que si iba a gastar mucho más de lo permitido, la mayor parte de los recursos no podrían pasar por las 127 cuentas bancarias registradas y fiscalizables por el IEM.

Así, según testimonios, los altos directivos de la campaña simplemente entregaban el efectivo a los grandes proveedores sin pedirles comprobantes fiscales, o con toda discreción lo llevaban a las casas de campaña, y desde ahí los empleados lo distribuían, también sin solicitar facturas.

El documento Ingresos compendia únicamente el dinero que entró a la casa de campaña del 28 de agosto al 19 de noviembre de 2011. Pese a ser limitado, evidencia que solo en ese periodo y por esa vía llegaron 217 millones 16 mil 590 pesos a la campaña de Cocoa. De las 90 entregas registradas, 82 fueron en efectivo, tres involucraron cheques y efectivo, y cinco sólo cheques.

Lo más llamativo de esa lista es que muestra quiénes llevaban “los donativos”. La persona que más entregas hizo fue “JL”, es decir, el coordinador operativo Juan Luis Calderón Hinojosa, según confirma gente que trabajó con él en la campaña. En 36 entregas, que hizo en persona, dejó 76 millones 113 mil 700 pesos, que cargaba en maletas o bolsas. Sólo el 8 de noviembre, por ejemplo, dejó 25 millones 400 mil pesos, que fueron contados en la casa de campaña y guardados en la caja fuerte del inmueble.

Un caso relacionado es el de Edgar Acosta, esposo de una de las primas de Juan Luis, Luisa María y Felipe Calderón. Él llevó 38 millones 641 mil 500 pesos en 10 entregas.

También hubo donadores de más renombre, que no necesariamente iban en persona, pero en la casa de campaña se daba la indicación de que se registraran sus nombres. En Ingresos aparece un “Lozano”, que las fuentes consultadas identifican como Javier Lozano Alarcón, quien en ese momento era secretario federal del Trabajo. Él dio 300 mil pesos.

“Esteban Cruzaley”, quien era delegado de la Sagarpa en Michoacán, llevó 600 mil pesos. Gabriela Ruiz del Rincón, senadora en 2011 y asidua visitante de la casa de campaña de Cocoa, entrego 500 mil pesos. Guillermo “Memo Anaya”, senador con licencia y candidato panista al gobierno de Coahuila, mandó 10 millones.

El gobierno poblano, encabezado por Rafael Moreno Valle, fue otro generoso patrocinador. El “Gob(ierno) Pue(bla)/Rec(tor) BUAP” (Benemérita Universidad Autónoma de Puebla) entregó dos millones de pesos en efectivo y sin pedir comprobante.

Además, en dos “remesas” Eukid Castañón Herrera, alfil del mandatario poblano, donó 27 millones y medio de pesos en efectivo (13 millones el 26 de octubre de 2011, y el resto el 10 de noviembre). Y Roberto Arandia, otro cercano operador de Moreno Valle con fuertes vínculos entre el empresariado veracruzano, suministró 11 millones 83 mil pesos.

Existieron otros estados dadivosos. Baja California Sur mandó 9 millones 400 mil pesos; “Coahuila”, 3 millones; “Sinaloa” 505 mil 240 pesos, y “Oaxaca”, 250 mil pesos.

Otra donación institucional es de “Sedesol”, que entregó 7 millones de pesos. Gente de la campaña recuerda que ese monto lo llevó en persona José Antonio Plaza Urbina, quien fungía como delegado de dicha secretaría federal en Michoacán. Otra cantidad la dio “Gobernación”, que el 14 de septiembre envió 100 mil pesos en efectivo, y varios delegados del “ISSSTE” entregaron 2 millones 400 mil pesos. El banco privado “Bansi” mandó 5 millones.

Un reportero que aparece en la Relación de Medios LMCH explica: “Las estructuras federales hicieron una trampa. Compraron espacios publicitarios, según eso para la difusión de sus actividades institucionales. O sea, llegaba Sagarpa, por ejemplo, y decía: ”Aquí van tres millones de pesos.

Necesito que me manejes mi información, pero ahí te recomiendo, échale la mano a la candidata”. Te ponían la zanahoria y no ibas a dejar ir una situación así. Pero fueron todas las dependencias que se te puedan ocurrir: el ISSSTE, el Seguro Social, las que tienen mayor presupuesto… Sedesol, ¡puta, Sedesol! Ése fue el esquema de financiamiento oculto”.

En contraparte, el 13 de febrero de 2013, el Consejo General del IEM publicó la Resolución IEM/R-CAPYF-01/2013 acerca de las irregularidades detectadas en la campaña de Cocoa. Sólo consideró necesario castigar al PAN y al Panal con siete multas que suman un millón 858 mil 241 pesos.

Para entrevistarla y conocer su versión, este reportero buscó en repetidas ocasiones a Luisa María Calderón Hinojosa -directamente y a través de sus colaboradoras Laura Pacheco y Laura González. Sin embargo, nunca programaron la conversación.

24 mayo, 2015
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