Especialistas en el tema, advirtieron que México requiere transformar el sistema educativo en uno que tenga como centro la eliminación de la desigualdad y la generación de oportunidades equitativas para todos los mexicanos.
En su participación en la mesa titulada “La reforma educativa y evaluación docente: el debate”, organizada por el Seminario Permanente de Educación Superior, Imanol Ordorika, del Instituto de Investigaciones Económicas, consideró que estamos frente a un engaño, un mito y un fraude, porque la reforma educativa tiene como propósito el control político y labora de los maestros, así como el realineamiento y continuidad de la sumisión del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) al Partido Revolucionario Institucional (PRI) y al gobierno.
El académico consideró que además se pretende someter a organizaciones de oposición como la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) y que es un mito que la evaluación de los docentes de educación primaria sea estrictamente fundamental para elevar la su calidad.
Sostuvo que la aplicación del examen tendrá repercusiones en las nuevas contrataciones, promoción y remoción de maestros, pero no implica que esto se traduzca en mejorar la calidad de la educación que se imparte y advirtió que la Secretaría de Educación Pública (SEP) y el Instituto Nacional de Evaluación Educativa (INEE) saben que la evaluación es impracticable, superficial y de mala calidad.
En su participación, Manuel Gil Antón, del Centro de Estudios Sociológicos del Colegio de México, afirmó que la evaluación a los docentes sólo pudo ser concebida por alguien muy ignorante y que perjudicará a una generación de estudiantes.
Sostuvo que frente a la imposición de la evaluación, la principal obligación de los docentes es resistir y reivindicar el ejercicio crítico, pero con mayor articulación, sino, su lucha será meramente testimonial y calificó a la reforma educativa de centralista y soberbia.
