Ecoosfera / Foto: Getty Images
Podría parecer que caminar es una de las acciones más mecánicas y naturales. Es nuestra manera primaria de recorrer el mundo, lo que podría convertirla en la práctica más pragmática de las que conocemos a la mano como habitantes del mundo. Sin embargo, aún en este natural proceso, tan orgánico como comer o domir, existe un algo que intuitivamente había sido honrado por artistas de todos los tiempos: las caminatas como detonador de creatividad.
Muchos pensadores y artistas del tamaño de Niestzche, Baudelaire, Rimbaud, Kant, Rousseau, y Thoreau; ellos todos y muchos más hablaron de las bondades de caminar. Más que una alusión formaron frases y reflexiones que podían caer en la magnitud de un homenaje. Pero ¿por qué las caminatas han estado tan asociadas al arte y la creatividad?
Un nuevo estudio de Stafford hecho por los investigadores Marily Oppezzo y Daniel Schwartz ha concluido, luego de estudiar a cientos de estudiantes, que mientras estos caminaban mostraron una marcada tendencia en aumento de habilidades creativas.
Existe algo en el movimiento, quizá en el ritmo, que nos hace pensar distinto cuando caminamos. Con más soltura, quizá sin esa aprehensión por encontrar una respuesta, que como lo alude la filosofía taoísta, permite un mejor entendimiento que la búsqueda misma.
Este estudio en realidad comprueba lo que intuitivamente han conocido los grandes caminantes del mundo, y hoy que las comodidades han confundido nuestros conceptos de una calidad de vida, recuperar hábitos como el caminar puede ser la de las más sofisticadas herramientas desde su discreción.