Fabián Cuellar/@FCuellar3_0
Fotografía: Museo Palacio de Bellas Artes
(12 de febrero, 2014).- Una araña que remite a la madre, esculturas que exaltan el vínculo madre-hijo de una manera tétrica, jaulas donde se encierra la ropa vieja junto al pasado depresivo de la artista… Con la repetición de esta serie de elementos, la obra de Louise Bourgeois presenta una nueva lectura de la femineidad.
En un recorrido lóbrego dentro de las salas del Palacio de Bellas Artes, nos encontramos con obras fuertes, a veces grotestcas, pero que difícilmente pueden escindirse de esa carga completamente femenina de Louise Bourgeois, de sus búsquedas orientadas por el psicoanálisis y sus constantes cambios de humor que ella reconocía a la perfección.
Probablemente no sea una exposición para disfrutarse, en el sentido alegre de la palabra. Caminar entre los pasillos a media luz, entre las grandes jaulas metálicas, los huesos que sirven para colgar ropa, pinturas que parecen hechas con sangre, más que divertir, nos adentra a nuestra propia psique, probablemente tan oscura y tortuosa.
La obra de Bourgeois parece llevar un mensaje distinto al que propuso con sus propias palabras. El recuerdo de su madre -tejedora y protectora- aparece en piezas de arañas gigantes, o pequeñas esculturas textiles de las que emanan ocho patas comunes en los arácnidos. Por la monumentalidad de las esculturas, ese recuerdo de la madre es más bien opresor, lo mismo si custodia la entrada del Palacio de Bellas Artes o si protege una jaula en la que yacen figurines con ropa vieja de la artista.
Lo mismo pasa con todas las piezas que remiten al vientre materno: no dejan de transmitir una idea estrictamente biológica, el lazo que sólo existe físicamente mientras no se corte el cordón umbilical. Elementos que para otras personas podrían presentarse de manera mas cálida -la familia, la madre, la niñez-, Bourgeois los trabaja de un modo que a veces impide la identificación del visitante. Sin embargo, es necesario romper con el estereotipo, encontrar el significado detrás de lo establecido, para poder adentrarse en esta reinterpretación.
Desde esa ambivalencia, a pesar de lo oscuro, no deja de ser un universo totalmente femenino, con búsquedas y respuestas propias de la psique de una mujer, sus preocupaciones, su visión profunda de la vida.
La exposición Petite maman de Louise Bourgeois estará en el museo del Palacio de Bellas Artes hasta el 2 de marzo de 2014.