Záyin Dáleth Villavicencio / @ZayinDaleth3_0
Morelia, Michoacán.- Suena el teléfono y una voz del otro lado cuestiona al interlocutor sobre cuál es su opinión respecto a los líderes de los grupos de autodefensa en Michoacán; acto seguido, enlista una serie de nombres, no sin antes advertir que se trata de una encuesta.
Luego, tras describir una serie de situaciones en las que los grupos de autodefensas son señalados como culpables de robos, secuestros, levantones, amenazas y cobro de cuotas, la voz femenina pregunta “en general ¿está de acuerdo o en desacuerdo?”.
Los anterior, es el ejemplo de la técnica conocida como “Push poll” o “sondeo de empuje”, utilizada como una forma de campaña negativa para persuadir a las personas, realizado a través de una encuestadora fantasma que se identificó como Instituto de la Opinión Pública de la Ciudad de México.
Más allá de los límites éticos, en el sondeo de empuje nadie recolecta ni analiza información, pues se trata de hacer llamadas telefónicas y así someter a los encuestados a bombardeos con declaraciones falsas o distorsionadas, hechas así para generar actitudes negativas, como la desaprobación.
Durante cinco minutos, la encuestadora pregunta entre otras cosas: “¿Sabia o no, que autoridades municipales han denunciado que bajo amenazas de ser enterrados vivos, han sido obligados por las autodefensas a autorizar asuntos municipales favorables a dichos grupos?”.
Táctica siniestra ¿de quién?
Esta y otra serie de afirmativas en contra de los grupos de autodefensa, advierten una campaña de desprestigio articulada por quien, en primer lugar, esté interesado en la perdida de popularidad de los guardias civiles y por quien además tenga posibilidades de destinar desde 100 mil hasta medio millón de pesos o más, para este fin.
El lunes, la Procuraduría General de Justicia de Michoacán detuvo a Hipólito Mora, líder de las autodefensas en Buenavista Tomatlán, por su probable coparticipación en el homicidio de Rafael Sánchez Moreno y José Luis Torres Castañeda, ocurrido el pasado 8 de marzo.
Luego de poco más de un mes de colaboración el con el gobierno federal de una manera más decidida, los grupos de autodefensa en Michoacán han atravesado, a un año de su surgimiento escenarios en los que -por distintas circunstancias- preocupa la autenticidad del movimiento.
Tras la detención del líder, un posible enfrentamiento entre dos grupos de guardias civiles de La Ruana puso en alerta a las autoridades, a lo que le sucedió, el desarme del grupo de autodefensa a fin a Hipólito Mora y más tarde la detención de 28 presuntos guardias comunitarios en el municipio de Álvaro Obregón.
En general, una serie de acontecimientos que le costarían sin duda prestigio a los comunitarios. Esto, además de las acusaciones hechas por el propio comisionado federal para los Seguridad en Michoacán, Alfredo Castillo Cervantes, sobre la asociación delictuosa de algunos comunitarios.
Lo anterior, aunado a las fracturas al interior de los grupos en localidades como La Ruana, pone a los grupos de autodefensa en un escenario incierto, frente al señalamiento de los medios de comunicación, la opinión pública y a en medio de una estrategia que pareciera buscar su rápido declive.