Záyin Dáleth Villavicencio / @zayindaleth3_0
Tras los devastadores efectos del cambio climático, que han originado un periodo de deterioro y muerte masiva de árboles, con efectos de alto impacto en otras especies, investigadores plantean la posibilidad de una migración asistida de árboles de oyamel, con la finalidad de adelantarse a un escenario donde desaparezcan estas especies y fenómenos como la migración de las mariposas monarca.
Y es que, a decir de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP), durante la temporada 2012-2013, la cantidad de mariposas monarca que hibernó en la Reserva de la Biosfera en Michoacán, disminuyó en un 59 por ciento a comparación del periodo anterior, cifra que ha sido la más baja de las últimas dos décadas.
El informe, proporcionado por esta comisión, señala que en la segunda mitad de diciembre se localizaron nueve colonias de hibernación, que ocuparon una superficie de 1.19 hectáreas de bosque, lo que “representa un decremento de 59 por ciento respecto a las 2.89 ocupadas en diciembre de 2011”.
Las causas aparentes son el cambio climático y las prácticas agrícolas, principalmente el uso de herbicidas en los cultivos de maíz genéticamente modificado.
De acuerdo a una reciente investigación liderada por el doctor en Genética Forestal del Instituto de Investigaciones Agropecuarias y Forestales de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), Cuauhtémoc Sáenz Romero, el panorama podría ser aún más desalentador.
El estudio plantea que entre el 2060 y el 2090, Michoacán dejará de ser la sede receptora de la mariposa monarca de no aplicarse nuevas alternativas de subsistencia de los bosques de oyamel, principal hábitat de la “viajera”.
Según las estimaciones del investigador, “llegará un momento donde las altitudes máximas de la Reserva de la Biosfera no serán lo suficientemente elevadas para contener el clima para el cual está adaptado Abies religiosa (nombre científico del oyamel)”.
La única alternativa será la migración asistida de esta especie a otras zonas del país que cuenten con las condiciones climatológicas adecuadas para su supervivencia.
Hábitat de la mariposa monarca en peligro
El investigador recordó que, año con año, las mariposas monarca arriban a las localidades de El Rosario, Municipio de Ocampo, y Sierra Chincua, municipio de Angangueo, (en donde se encuentra el 70 por ciento de la Reserva de la Bioesfera) para pasar el invierno, toda vez que estos espacios les proporcionan condiciones especiales para su subsistencia.
“Los bosques de oyamel de la monarca tienen un intervalo de temperatura muy precisa, que le permite lograr dos objetivos simultáneos: hace suficiente frío para que la mariposas no gasten sus reservas pero no tan helado para que se forme hielo en sus alas y se mueran”, explicó el especialista.
No obstante, a consecuencia del cambio climático, a partir del año 2060, según pronosticó, los oyameles no podrán resistir el incremento de temperatura resultado del cambio climático.
Pese a que no hay estadísticas claras, el investigador de la Universidad Michoacana asegura que los oyameles de la región se han ido debilitando: “Al estar los árboles estresados por los días de calor inusual que se han registrado y un patrón de lluvias menos regular, las especies forestales no pueden defenderse del ataque de insectos y de patógenos.
“Creemos que ha iniciado ya un periodo de deterioro y muerte masiva de árboles, que se espera mucho más pronunciada conforme pase el tiempo”, señaló. Ante este escenario, Sáenz Romero advierte que es imposible que, por medios naturales, las especies forestales puedan migrar a la velocidad que tendrían que hacerlo.
Migración asistida, la apuesta
Para evitar una pérdida irreversible de los árboles, Sáez plantea adelantarse a esta situación y propone llevar a cabo una migración asistida del oyamel, es decir, habría que cambiar de ubicación la población de los árboles.
“Es necesario colectar semilla, producir la planta en vivero y reforestar en aquellos sitios en donde predecimos que va a ocurrir el clima para el cual están adaptadas las especies forestales”.
La mecánica de la reforestación asistida sería la siguiente: reforestar el Abies religiosa a 300 metros de mayor altitud, para ajustar las poblaciones de oyamel de acuerdo al clima previsto para 2030, y en 2030 habría que repetir la mecánica.
Es decir; “colectar a la altitud a la que se encuentren las poblaciones plantadas que hayan sobrevivido y volver a reforestar a mayor altitud para ajustar al clima propicio que va a ocurrir en 2060, y así sucesivamente” especificó.
Como se pronostica, después del 2060 podría ya no haber dónde plantar el oyamel, por lo que se tendría que establecer poblaciones a mayor altitud, como en los volcanes más elevados del centro de México. “Las faldas del Popocatépetl, Iztaccihuatl, en el nevado de Toluca, la Marquesa, la Malinche y el Pico de Orizaba, que son sitios de mayor elevación, podrían ser una opción”.
Los costos de dicho proyecto aún no se tienen cuantificados, pero a decir por el investigador no sería suficiente con el presupuesto con el que actualmente cuentan la Comisión Forestal de Michoacán y la Comisión Nacional Forestal.
A decir de Cuauhtémoc Sáenz, los resultados de la investigación ya fueron expuestos ante las dependencias mencionadas, así como ante la Comisión de Áreas Naturales Protegidas de la Reserva de la Biosfera, quienes mostraron su interés.
De consolidarse la migración asistida en Michoacán, el estado sería pionero a nivel nacional en realizar un manejo forestal orientado a adaptarse al cambio climático.
