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Morelia, Michoacán.- Una ruta incierta, basada en la posibilidad de fluidez en los recursos oficiales que les permita cobrar sus honorarios por servicios prestados en algunos casos desde el 2015 y en su mayoría en el 2016, es la que enfrentan artistas michoacanos que en lo individual o colectivo fueron contratados en tales periodos por la Secretaría de Cultura de Michoacán (Secum).
En total, un promedio de 88 servicios por igual número de artistas y grupos son los que fueron contratados por la dependencia, de los que con honorarios diversos –desde los mil pesos, hasta los 34 mil- la SECUM mantiene adeudos y cuyo finiquito depende de la disponibilidad de recursos, según lo planteado por la titular del área, Silvia Figueroa Zamudio a luego que en mayo pasado, optaron por un plantón ante la dependencia.
Carlos Rojas, o Caliche Caroma, señala que tras el bloqueo a la dependencia, que generó una severa movilización policiaca en los alrededores y de la que los artistas acusaron fue un acto de intimidación, es incierto el saber si hay o no un compromiso real por parte de la funcionaria para cubrir los adeudos.
En principio, dice, porque tras la toma se generó un encuentro con un funcionario enviado por Figueroa Zamudio para hablar con ellos en un hotel ubicado en las inmediaciones de la Secum, lo que a su juicio le restó formalidad o establecimiento de un acuerdo, ya que nunca se aseguró cuando se les pagarían los adeudos.
Desde entonces a la fecha, dice en entrevista telefónica con Revolución 3.0 Michoacán, se han hecho pagos pequeños a determinados artistas y grupos, sin que se conozca el monto cubierto y a quiénes, aunque, afirma, en su gran mayoría los pagos siguen pendientes.
En su caso, los pagos pendientes vienen desde el 2016, por actuaciones con el grupo Los Tropicuyos y presentaciones en lo individual en la Feria Estatal del Libro y la Lectura de la misma anualidad y que ascienden a 20 mil pesos.
En su mayoría, a los artistas que se les debe se les extendió un recibo o bien un folio fiscal o bien sólo cuentan con la solicitud para ser contratados, sin más formalidad o vinculación con un proceso por parte de la SECUM como la calendarización de pagos o la revisión en lo particular o con grupos sobre el curso del trámite.
Sobre los conceptos que se deben. El músico afirma que una de sus causas podría derivarse de la subutilización de recursos o bien de su desvío a otras áreas.
Cuestionado respecto a si con la movilización de mayo pasado, se puede hablar de un intento de organización entre los creadores, Rojas destaca que es difícil, ya que tras el movimiento se dio una fractura entre los integrantes –en su mayoría molestos porque se divulgaron sus identidades y montos demandados en la cobertura informativa-.
“Se rompió la difícil confianza, de por sí complicada entre artistas” y más más bien existe “una desarticulación”, dice, aunque igual repara en que cuando se dio el bloqueo y otras movilizaciones, han estado acompañados por trabajadores de la SECUM, igualmente afectados en sus percepciones salariales, lo que fortaleció la presión.