César Vázquez / @LetraMia
Morelia, Michoacán.- El padre Gregorio López Gerónimo de Apatzingán, lanzó un ultimátum a Alfredo Castillo y al Gobierno del Estado. Les advirtió que pronto van a pagar las facturas por haber armado a criminales, porque si no los detienen habrá un derramamiento de sangre y el Estado será el responsable.
“¿Qué espera la autoridad? Nos preocupa el silencio institucional porque se avecina un derramamiento de sangre inocente en la cuna de la Constitución, pareciera que el gobierno le apuesta a repetir el “ruanazo”, acusó el sacerdote.
Aseguró que desde que Los Viagra tomaron la presidencia de Apatzingán han venido cometiendo más ilícitos, acaban de tomar una radiodifusora para impedir que siga trasmitiendo la situación que vive Apatzingán, y tienen tomado también el Instituto Tecnológico.
A ello se suman las tomas que habían hecho en el Palacio Municipal, las oficinas de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y las instalaciones de la Policía Federal, desde hace más de dos semanas atrás.
“Pero los ciudadanos libres no están dispuestos ya a seguir bajo la suela criminal y bajo el miedo, ni tampoco bajo el silencio cómplice del Estado y la Federación, a quien hacemos responsables de los sucesos por venir”, fijó el sacerdote.
“Se les ha advertido por todos los medios a nuestro alcance que los delincuentes que fueron uniformados, más temprano que tarde, les cobrarán la factura de los intereses mezquinos que están detrás de este teatro institucional”, advirtió.
El jerarca de la iglesia enunció una vez más que la ciudad de Apatzingán está secuestrada por Los Viagra, a los que calificó de criminales, que ahora están alzando la bandera de las causas sociales más urgentes, como solicitar que se libere a Hipólito Mora y a Manuel Mireles, pero sólo pretenden lavar sus manos y legitimar sus actos criminales.
“Los Viagra han visto que en el estado no hay autoridad ni árbitro y si lo hay, está de su lado. Todos sabemos que tienen denuncias judiciales en su contra, sin embargo no hay detenciones”, denunció el sacerdote.