Morelia, Michoacán. A la sombra de autoridades estatales y municipales siguen desapareciendo las reservas ecológicas que se localizan a espaldas del Estadio, de nada han valido las políticas de preservación ecológica, de prevención de riesgos, la creación de parques lineales o programas de desarrollo urbano.
Sólo una constante se mantiene, invadir terrenos de forma masiva previo a las elecciones. Los pseudolíderes lo saben; se constituyen en autoridad moral y entregan terrenos a diestra y siniestra, poco les importan las zonas de recarga de agua o los riesgos a la población.
Desde este fin de semana las invasiones se han expandido en torno al parque lineal, incluso la trotapista sirve de carretera para el acarreo de maderas, láminas, piedras y todo lo necesario para instalarse y crecer de forma anárquica ante la ausencia de un Estado de Derecho que garantice el acceso a un medio ambiente sano de todos los morelianos.
El modus operandi es invadir, para después presentarse con una potencial cuota de votos multianual a favor del candidato que les entregue servicios y escrituras, a veces pareciera que incluso lo hacen con la complacencia de las autoridades en turno.
Así está ocurriendo a espaldas del Coloso del Quinceo, donde ya agoniza la otrora reserva territorial propiedad del Gobierno del Estado y parte del municipio, a pesar de que existen incluso denuncias desde el 2014, curiosamente la Procuraduría General de Justicia en el Estado (PGJE), sólo ha dado seguimiento a una.
Se trata de un polígono que invadió un grupo de tantos, pero curiosamente, el terreno ya había sido donado con antelación a la autodenominada ‘Organización de los Pobres’, en esa ocasión se desalojaron 4 hectáreas para entregarlas a manos de Antorcha Campesina.
Van tres años desde que este sitio está siendo invadido paulatinamente, algunos colocan estacas, otros con cercas de piedras, y otros de plano con maquinaria pesada para hacer terraplén y dejar bien definido que ese sitio deja de ser suelo forestal para convertirlo, a su conveniencia, en suelo urbano.
De nada sirven las políticas de urbanización, el resguardo del gasoducto con un parque lineal, incluso de nada han servido las políticas de gestión de riesgos ante posibles derrumbes, ello a pesar de que en esa zona se localiza la estación de Bomberos, que serían los primeros en emitir recomendaciones a la autoridad municipal para prevenir futuros desastres.