Las historias de la aviación son bastante peculiares. Incluso, muchos de sus símbolos y memorias sólo pueden entenderse desde la aeronáutica misma. Uno de estos relatos lo propaga en Alemania el escuadrón de interceptores aéreos que porta en su fuselaje e insignias la imagen del revolucionario mexicano Emiliano Zapata, como emblema de la osadía, perseverancia y combatividad. Con la autorización del gobierno mexicano desde 1971, los pilotos alemanes de este escuadrón son oficialmente llamados “Zapatas”.
Al término de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), Alemania se vio dividida, física e ideológicamente en dos países, siendo su región occidental alineada a los intereses y la influencia norteamericana. Como parte de una estrategia integral de contención de la posible injerencia y potencial agresión soviética, Estados Unidos apoyó el desarrollo de fuerzas militares en Alemania Occidental. Bajo la tutela estadunidense y con las limitaciones impuestas por los acuerdos de paz al término de la guerra, este país se adhirió formalmente a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en 1955, y al año siguiente comenzó a desarrollar una Fuerza Aérea (Luftwaffe) integrada a esa organización.
El último escuadrón aéreo de interceptores de combate alemanes fue creado en 1961 bajo el nombre de Jagdgeschwader 74 (Ala de Combate #74) abreviado como JG-74. Esa unidad de reacción se integró inicialmente por dos escuadrones de interceptores F-86K Sabre fabricados en Estados Unidos por la North American Aviation.
La Base Aérea de Neuburg en Bavaria, al sur de Alemania, es hasta nuestros días la sede del JG-74 y de sus escuadrones, que luego adquirieron aviones F-104G Starfighter en los años sesenta, Phantom II en los setenta, y a partir de 2006 unos Eurofighter Typhoon. Sin embargo, la tradición de ambos escuadrones se mantiene hasta nuestros días, y es aquí donde empieza una historia curiosa y de interés para nuestro país.
“Más locos” que los del Escuadrón 201
El Segundo Escuadrón del JG-74 (designado 742) recibió, junto con los primeros aviones Sabre, instrucción de pilotos norteamericanos, quienes percibieron que los alemanes eran muy temerarios en las maniobras aéreas, por lo cual señalaron que los alemanes bajo su cargo estaban “más locos que los pilotos de la Fuerza Aérea Mexicana”. Se referían al Escuadrón 201, cuyos 38 pilotos de combate se distinguieron en la guerra contra Japón en 1945.
Los pilotos alemanes, sin lugar a dudas impregnados del buen humor de los aviadores militares, adoptaron como escudo de armas a Emiliano Zapata y bautizaron al 742 como el Escuadrón Viva Zapata. Desde entonces, todas las aeronaves de ese cuerpo aéreo portan en su fuselaje, y en ocasiones en las alas y la cola, un emblema de Zapata, que aparece también en el sector distintivo en el uniforme de vuelo de los pilotos.
El 9 de septiembre de 1971 el agregado militar de México en Alemania autorizó formalmente al Escuadrón 742 para usar en su emblema la imagen del caudillo morelense, al igual que emplear la designación aérea de “Zapata” y/o “Zapatas” durante sus operaciones.
Así, desde hace 45 años vuela sobre Europa la imagen y memoria del caudillo revolucionario. El Escuadrón 742 ha participado en operaciones de defensa y seguridad aérea, además de que es un referente regional de las operaciones militares. Y es tan peculiar esta expresión de admiración por Zapata, que quizás él mismo hubiera soltado una buena carcajada por el tal Escuadrón Aéreo Alemán de Interceptores 742.
El artículo “¡Viva Zapata!” del autor José Medina González Dávila, se publicó íntegramente en Relatos e Historias en México número 101: http://relatosehistorias.mx/la-coleccion/santiago-vidaurri-entre-la-repu…