Permitir que los pedófilos se sirvan de muñecas sexuales infantiles para satisfacer sus deseos en un “entorno gestionado” puede ayudar a disuadirlos de abusar de menores en la vida real, sostiene el presidente de StopSO, una organización británica que previene los delitos sexuales a través de la terapia, informa ‘The Independent’.
“Es como dar metadona a un heroinómano”
La psicoterapeuta sexual Juliet Grayson afirma que la prescripción de estas muñecas sexuales infantiles —que simulan el tamaño y peso de un niño o niña— es como darle metadona a un adicto a la heroína. “Conozco a un hombre que tenía muñecas infantiles. Tenía dos y estaba muy feliz de usarlas en lugar de tocar a niños (…) es mejor que nada”, cuenta.
“Las personas que sienten una atracción exclusiva hacia los niños no tienen ninguna manera legal de satisfacer sus deseos aparte de masturbarse con una imagen creada por su propia cabeza, ya que no se les permite mirar fotografías y ni siquiera hacer un dibujo”, indica.
¿Aumenta el riesgo de un ataque real?
Por su parte, Jon Brown, director de desarrollo en la Sociedad Nacional para la Prevención de la Crueldad contra los Niños, defiende que no hay pruebas que apoyen la idea de que el uso de estas muñecas ayude “a evitar que los potenciales violadores cometan delitos contra niños reales”.
Según él, utilizar muñecas muy realistas puede producir una desensibilización que degenere en una conducta normalizada hacia las relaciones sexuales con menores, “de manera que en el futuro esas personas pueden dañar a niños, como sucede a menudo con aquellos que ven imágenes indecentes”.
En el Reino Unido, el 2% de la población tiene fuertes tendencias pedófilas y uno de cada cinco hombres se encuentran igualmente o más atraídos por los niños cuando se les muestra pornografía de adultos e infantil.
La normalización en el camino
Grayson confiesa que hasta el momento no ha puesto en práctica ninguna terapia con muñecas infantiles, pero afirma que no se opone a probarlo en un futuro. “Me encantaría llegar a una etapa en la que la sociedad pueda aceptar que algunas personas se sienten sexualmente atraídas por niños y que, sin embargo, siguen siendo completamente respetuosas con la ley”, indica.
“Estaremos protegiendo mejor a nuestros hijos cuando esta persona sea capaz de decirles a sus amigos: ‘Me atraen sexualmente los niños, soy un pedófilo no ofensivo, lo estoy manejando con seguridad (…) pero para tu propia paz mental, no dejes a tus hijos conmigo desacompañados”, añade.
Según la psicoterapeuta, son varios los factores que hacen que las personas se sientan atraídas por menores de edad: haber nacido con ello, haber sufrido un trauma de niño, tener una lesión cerebral o ser un hombre de edad avanzada acostumbrado a ver pornografía de adultos que ya no encuentra satisfacción en esta.