Alejandro Baltazar/ @Doncaracol3_0
Morelia, Michoacán.- Debido al creciente accionar guerrillero en los años 90s en Colombia, surgieron las Asociaciones Comunitarias de Vigilancia Rural (Convivir), creadas bajo el conocido Decreto 356 durante el gobierno del presidente César Gaviria Trujillo.
En el decreto se le delega a las Convivir las facultades de otorgar “servicios comunitarios de vigilancia y seguridad privada” los cuales son definidos como: “la organización de la comunidad en forma de cooperativa, junta de acción comunal o empresa comunitaria”.
Años después el factor paramilitar de las Convivir se denunció por parte de diversas
organizaciones bajo el argumento de que quedó plasmado desde las disposiciones del decreto 356, ya que se consideró que propiciaba un entorno legal para la existencia, desarrollo y expansión del paramilitarismo como parte de una política y estrategia estatal.
Lo anterior debido a que la estrategia arropó a asociaciones que públicamente se presentaban con un carácter “defensivo” y prometían que actuarían bajo la coordinación de la fuerza pública y serían financiados por los sectores público y privado.
Las Convivir sustituyeron a las antiguas cooperativas de seguridad rural en Colombia. Estas asociaciones fueron diseñadas para cumplir una función defensiva y de apoyo a la Fuerza Pública tanto en labores de inteligencia como de atención a la población con la finalidad de hacerle frente a la problemática de la criminalidad que incluida la extorsión, el robo, el secuestro y el narcotráfico.
En su momento, el gobernador del departamento de Antioquia y posteriormente presidente, Álvaro Uribe Vélez, fue uno de los principales defensores de las Convivir, esto debido a los altos índices delictivos de la región que gobernaba.
Los miembros de las convivir tenían legalmente el derecho a portar armas y equipos de comunicación para proteger a sus comunidades y colaborar con la fuerza pública en la lucha contrainsurgente.
Fue durante el gobierno del presidente Ernesto Samper, cuando estas agrupaciones se expandieron por todo el territorio. Se contabilizaron al menos 529 cooperativas rurales de seguridad en 24 departamentos del país para las que trabajaron por lo menos 15 mil 300 personas.
Dentro de esas asociaciones era legal portar armaras largas y incluso, recibieron entrenamiento y se les otorgaron radios de comunicación y medios de transporte por parte de órganos federales de seguridad.
Durante su existencia, varias Convivir fueron criticadas por irregularidades en su conformación y supervisión, así como por la existencia de graves abusos contra civiles y a su vez, presuntos vínculos con grupos guerrilleros y de tipo delincuencial.
Desde su creación se denunció un enrarecimiento del ambiente social, puesto que la creación de las Convivir contribuyó a complicar la distinción entre civiles y combatientes, y a que varios miembros de grupos paramilitares conformaran sus propias células de las Convivir o simplemente ingresaron a grupos ya establecidos.
En este contexto, el que no hubiera una medida por parte de las autoridades para regular estas trincheras permitió confusiones y posteriormente abusos, así como crímenes contra los pueblos bajo su resguardo.
En un caso para destacar, en su momento, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, mencionó que la “estrecha relación de trabajo entre las Fuerzas Militares y las Convivir es lo que permite, bajo cualquier análisis, que los miembros de las Convivir reciban el estatus de agentes estatales”.
Así que dicho criterio se les aplicó tanto para su accionar legal como ilegal, lo que dificultó durante años la tipificación de sus actos.
En 1996 y 1997, el entonces gobernador de Antioquia, Álvaro Uribe Vélez y el vicegobernador Pedro Juan Moreno defendieron la organización y operación de las Convivir con base a las reglas establecidas por el estado colombiano y creadas por el presidente César Gaviria.
En contraste, la alcaldesa de Apartadó, Gloria Cuartas, criticó la organización de estas en su municipio y consideró que, además de innecesaria, era perjudicial para la gobernabilidad. En reacción, el vicegobernador Moreno pidió que las denuncias se remitieran al Ejército.
El 4 de diciembre del 2006, en una entrevista radial, Uribe reiteró su apoyo a las convivir y negó que fueran parte del inicio del paramilitarismo, y afirmó que él asumió la responsabilidad de los 60 o 70 grupos CONVIVIR que operaron en su departamento mientras fue gobernador.
Tiempo después, y ante el esparcimiento de estos grupos por otras regiones se les señaló por haber sido la fachada del proyecto paramilitar en Antioquia, encabezado por Álvaro Uribe, en el desarrollo de este se cometieron múltiples faltas a los Derechos Humanos y sirvieron como forma de control político de población.