En Michoacán existe una falta de orden en el gasto público, a tal punto que resulta absurdo que se inviertan grandes cantidades de recursos para la promoción turística en espectaculares, cuando los problemas de inseguridad persisten.
De acuerdo con Elvia Higuera Pérez, presidenta del Comité de Participación Ciudadana del Sistema Estatal Anticorrupción, existen temas que resultan prioritarios para el estado, por lo que resulta incongruente que se le destine recursos a otros que no resultan urgentes.
De acuerdo con información publicada el pasado siete de febrero por Revolución 3.0, mientras que para los espectaculares turísticos el Gobierno del Estado destinará 21 millones de pesos este año, para la Secretaría Ejecutiva del Sistema Estatal Anticorrupción el presupuesto para todo 2020 será de 20.2 millones de pesos, es decir, 775 mil 435 menos, lo que evidencia mayor interés a la difusión que al combate a la corrupción.
Cuestionada sobre el particular Higuera Pérez subrayó que existe una ausencia de orden y de programación de los recursos públicos, “apostarle al tema de los espectaculares para promocionar a un estado que está convulsionado por la violencia, un estado que al googlearlo lo primero que te aparece es lo que está sucediendo en Tierra Caliente o en Uruapan, resulta incongruente.
“Michoacán no es atractivo turísticamente mientras no resuelvas los temas estructurales que está atravesando y que tienen que ver con una terrible crisis de inseguridad”.
Desde la perspectiva de Higuera Pérez, por mucho que el gobernador vaya a España a promocionar al estado y afirme que más de 200 mil personas visitaron el stand del estado de Michoacán, “mientras no logremos resolver el tema de inseguridad, por mucho que inviertas en difusión, Michoacán no va a ser un polo atractivo en términos turísticos porque finalmente va a prevalecer el temor y las alertas que se han generado en otros países para no visitar la entidad”.
Esta situación es reflejo de la falta de orden en el ejercicio del gasto, ya que a decir de Higuera se debería privilegiar la inversión de recursos para la atención del problema de inseguridad, y no en la promoción, pues sólo en la medida en que las personas se sientan seguras en territorio estatal es que lo visitarán.
