Sexualidad


¡Ay, ya chole con el amor!, o de cómo evitar la dependencia afectiva

Alejandra Moreno / @achearta81

(20 de marzo, 2014).- Las personas, principalmente las mujeres, estamos educadas para hacer del amor o la relación de pareja el centro de nuestras existencias. Cuando la relación en turno va bien, sentimos que un gran porcentaje de nuestras vidas está maravillosamente, pero si la relación va mal o termina sentimos que hemos fallado; muchos creemos que hay que arreglarlo a como dé lugar, cueste lo que cueste, o, ya resignados, nos tiramos de plano a la depresión por el rompimiento.

Ya va siendo hora de poner las cosas en su justa dimensión. El amor de pareja es importante y es riquísimo amar a alguien, sobre todo cuando se es correspondido. Pero no lo es todo (afortunadamente).

Hace unos meses no tenía pareja. Me divertía muchísimo y tenía varios intereses que me apasionaban, amigos con quienes reír y una completa concentración en mi trabajo. Después inicié una relación, y si bien soy muy feliz y me siento plena en ella, he tratado de mantenerme independiente de quien es mi pareja actual.

Sin embargo, muchas veces la neurosis me gana, me involucro de más, descuido partes fundamentales en mi vida y termino por perderme en el otro. Preguntas como ¿comió?, ¿le fue bien en su junta?, ¿está enojado/triste/aburrido –o peor aún, todas las anteriores–?, ¿por qué diablos no contesta el WhatsApp?¿me amará por siempre jamás a pesar de que vivo en facebook?

Cosas tan profundas como esas rondan mi cerebro, haciéndome perder valiosas horas de mi tiempo y energía. Si bien parte del amar a alguien es preocuparnos por esa persona y hacer cosas por la relación, es un grave pero común error hacer de la o el dueño de nuestros suspiros el epicentro del universo.

En mi experiencia personal y profesional he descubierto que hay algunos puntos esenciales para no perder el rumbo y, sin querer, empezar a sufrir por amor.

1. Un, dos, tres por todos mis compañeros
Los amigos están para divertirse, para compartir intereses en común, para llorar juntos y para reír a carcajadas. Nos aterrizan cuando andamos perdidos y nos aceptan tal cual somos. Los viejos amigos son muchas veces ya familia. Pero también están los nuevos. Hay un mundo de gente ahí afuera con una visión de la vida distinta a la que conocemos, con nuevas cosas que aportar y nuevos intereses que compartir. No dejar de conocer gente afín y que se mueve en círculos distintos a los que siempre frecuentamos, nutre y nos muestra que hay más de lo que creíamos.

2. Acción
Dar el máximo en nuestro trabajo sea éste el que sea. Alcanzar metas. La satisfacción de saber que lo hicimos bien. Saberse bueno en algo.

La autoeficacia brinda mucha confianza en sí mismas a las personas y en automático se vuelven más autosuficientes. Qué bonita es la sensación de aportar algo, de ganarse las cosas y no ser un parasito.

3. Forever alone, pero bonito
Cicerón decía: “Nunca he estado menos solo que cuando estoy solo”. Pasar tiempo en soledad es una oportunidad para conocerse a uno mismo. No hay necesidad de aprobación de otros. La soledad es el único espacio en el que podemos concentrarnos al 100 por ciento en nosotros mismos, conocernos más. Está bien no compartirlo todo; uno lee un libro o escucha una canción, ve una película o medita sobre la inmortalidad del cangrejo por uno y para uno, no es necesario hacer siempre partícipes a otros.

4. He sufrido por tantas cosas que no han pasado
La mente es muy poderosa y algunas veces nos cuenta historias tan distorsionadas que vale la pena frenarla y ver qué tanto de lo que nos platica es real. Alguien a quien conozco tenía meses imaginando a la ex pareja de su novio como un clon de Penélope Cruz, hasta que por azares del destino vio una foto de la susodicha y lo impactante es que no sólo no se parecía a Penélope Cruz, sino que además era un clon de Jabba the Hutt, pero en traje sastre (no exagero, les sorprendería el parecido). No se hagan telarañas mentales, algunas veces la realidad es muy diferente.

5. Autocontrol, gente
Uno decide qué tan libre o qué tan encadenado quiere vivir. Llega un punto del día en el que te cachas pensando qué diablos estará haciendo/sintiendo el otro: llegando a ese punto lo más sano es abofetearse uno mismo y decir: NO ES MI PROBLEMA.

6. Sé tu mejor abogado
Definitivamente, uno se tiene que caer bien. Esto va desde verse en el espejo y decir “pero qué bien me veo con mi faldita nueva o con estos jeans ¡hasta yo quiero conmigo!”, decir “estoy cansado(a) necesito darme un baño y comerme una pizza entera”, reírse de uno mismo, o darse una palmadita y pensar “pero que bien lo hice hoy en el trabajo, soy la neta”.

Al final, el amor debería de ser siempre algo que nos sume, que nos dé paz, que nos brinde bienestar y momentos de compañerismo y felicidad. Si amar da más dolor que alegría probablemente sea señal de que algo está muy mal.

  

21 marzo, 2014
Tags: , , , , , ,
Notas Relacionadas
Ver más
Ir a todas las notas
×

×