Alejandro Baltazar / @Doncaracol3_0
Morelia, Michoacán.- Contrario a lo que Barack Obama prometió en sus campañas de elección y re elección, donde la reforma migratoria continúa siendo una promesa, Janet Murguía, directora del Consejo Nacional de La Raza, señaló que la actual administración encabezada por Obama ha deportado a casi dos millones de migrantes.
Un ejemplo, es lo ocurrido con los migrantes michoacanos, luego de saberse que en el año 2013 fueron deportados de Estados Unidos 40 mil michoacanos, según señaló Luis Carlos Chávez Santacruz, titular de la Secretaría del Migrante en la entidad.
En el caso de los michoacanos deportados se tiene cuenta que el 20 por ciento son mujeres que fueron deportadas por falta de documentos, sorprendidas al intentar cruzar la frontera o que ya radicaban en territorio estadounidense.
“Para nosotros, este presidente ha sido un deportador en jefe “ señaló Janet Murguía, ya que con la cifra de dos millones de deportados Obama superaría a cualquiera de los presidentes de la Unión Americana en el tema de expulsión de indocumentados.
Esto aunado a las denuncias de devastación familiar en todo Estados Unidos por culpa de las deportaciones, por lo que la activista señaló que Obama tiene en sus manos la autoridad para impedir la separación de familias.
En este sentido, presionó para que los legisladores republicanos eviten pensar sobre los costos políticos y lo hagan pensando en los derechos humanos de los migrantes.
“Ustedes han tenido tiempo suficiente para presentar un proyecto de ley que haga avanzar la reforma. Es hora de detener este juego político”.
Su voz se suma a otros grupos que abogan por los derechos de los migrantes como, Amnistía Internacional, que critican al presidente por las deportaciones y por no atender debidamente un asunto que atañe a 11 millones de migrantes que viven en los Estados Unidos.
Y es que, sólo en el último año, la Policía de Inmigración y Aduanas ha deportado a casi dos millones de inmigrantes bajo la consigna de aplicar las leyes migratorias con mano dura. Atendiendo las solicitudes de los estados fronterizos que han intensificado sus normativas para frenar la entrada de migrantes a lo largo del Río Bravo y que a nivel internacional han sido tildadas como racistas.
Peor aún, la situación se agrava para los hispanos residentes en Estados Unidos, puesto que el Senado aprobó hace ocho meses un proyecto de ley bipartidista, que modifica las dinámicas dentro del Poder Legislativo y que ha impedido actuar sobre la reforma a las leyes de migración como había propuesto Barack Obama.
Los representantes del partido republicano en la Cámara de Representantes anunciaron el pasado enero la intención de reformar las leyes de migración, pero problemas políticos al interior de la fracción impidieron que se consolidara, argumentando que esta decisión podría ser contraproducente por la cercanía de las elecciones legislativas del próximo mes de noviembre.