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El estrés, la vida acelerada, las preocupaciones, los problemas, los trabajos, todo puede influir para que una persona no tenga ganas de reírse todos los días, sin embargo reír es uno de los actos espontáneos que más favorecen al organismo.
La risa hace que en el cerebro libere endorfinas, neurotransmisores segregados por la glándula pituitaria del cerebro que generan una sensación de bienestar en el cuerpo de las personas. Además se libera otro neurotransmisor conocido como dopamina que está asociado al bienestar desde el punto de vista psicológico y emocional. A su vez reír disminuye los niveles de cortisol, la hormona del estrés.
Reír diariamente favorece la salud general del corazón, ya que al reír se dilatan los vasos sanguíneos mejorando la circulación, reduciendo la presión arterial.
A su vez es una buena forma de reforzar el sistema inmunológico, ya que se generan mayor cantidad de anticuerpos que protegen al organismo de bacterias e infecciones. Además tiene el poder de expandir los pulmones al reponer el oxígeno de las células.
Popularmente se conoce a la risa como el ejercicio aeróbico del alma porque ejercita cerca de 400 músculos del cuerpo, desde la cara hasta el diafragma. Y sirve para aliviar las dolencias musculares, ya que los músculos se liberan de la tensión cada vez que se contraen y se liberan.
Reír también es una buena forma de comunicar ya que una sola sonrisa puede decir más que muchas palabras juntas. Es una buena práctica para liberar y expresar emociones internas, y además ayuda a relacionarse con las personas ya que la risa contagia y estimula la interacción con el otro.
La risa diaria también fortalece la memoria porque hace ejercitar al cerebro.