El de mama o seno es el tipo de cáncer más común en México, 14 de cada 100 casos de cáncer estimados en 2012 eran de este tipo. Aunque este cáncer afecta a ambos sexos, sólo se presenta 1 caso en hombres por cada 24 en mujeres, debido a que la mayor parte de los cánceres de seno se desarrollan en las glándulas que producen la leche materna y en los conductos que la llevan hacia el pezón.
Entre las mujeres mexicanas, el cáncer de mama representa un 24.8% de todos los casos de cáncer, prácticamente un cuarto del total. También causa el 14.2% de las muertes por cáncer en la población femenina.
La incidencia de este tipo de cáncer ha ido en aumento en los últimos años, se cree que debido a cambios en los estilos de vida. De hecho, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) calcula que para 2030 se incrementará en 60% el número de casos registrados cada año, que en 2011 fue de 320 mil en el continente.
Sin embargo, el aumento en el número de casos se ha visto acompañado de una disminución en el porcentaje de mujeres con este cáncer que fallecen a causa de él, gracias en gran medida a las medidas de detección temprana. En estos momentos la meta es que todos los casos de cáncer de seno sean detectados a tiempo, pues en sus primeras fases existen muy buenas expectativas de curación.
Por ejemplo, se calcula que en Estados Unidos actualmente viven más de dos millones y medio de mujeres que tuvieron cáncer de mama en el pasado pero lo sobrevivieron y ahora viven sin la enfermedad.
¿Qué es?
La siguiente información trata únicamente del cáncer de mama en las mujeres, ya que la mayor parte de los casos se presenta en la población femenina.
En el interior de los senos de las mujeres hay unas secciones llamadas lóbulos, cada una de las cuales está compuesta por muchos lobulillos, en el interior de los cuales se encuentran las glándulas que producen leche materna.
Además, existen unos tubos delgados llamados conductos, encargados de transportar la leche hacia el pezón, vasos sanguíneos y vasos linfáticos (los vasos linfáticos son parte del sistema inmunitario). El espacio entre los lobulillos y los conductos está lleno de tejido adiposo (grasa) y tejido fibroso, como el de los tendones o músculos.
El cáncer de mama se produce cuando las células del seno comienzan a crecer y reproducirse de manera anormal, generalmente pero no siempre formando un tumor. Entre 7 y 8 de cada 10 casos de cáncer de mama se producen en los conductos y recibe el nombre de carcinoma ductal invasivo, mientras 1 de cada 10 sucede en los lobulillos, por lo que se le conoce con el nombre de carcinoma lobulillar invasivo.
Estos dos tipos de cáncer producen tumores. Se les llama carcinoma a los tipos de cáncer que empiezan en la piel o en los tejidos que revisten o cubren los órganos internos, y son invasivos porque se han extendido (invadido) otros tejidos fuera de aquel en que comenzaron.
Los demás casos se reparten entre muchos tipos de cáncer de mama poco comunes, entre ellos el cáncer inflamatorio del seno, el cual representa entre 1 y 3 de cada 100 casos de cáncer de mama. El cáncer inflamatorio no produce tumores sino que cambia la apariencia del seno: la piel del seno luce rojiza y se siente acalorada. También puede hacer que la piel se haga más gruesa y una apariencia de cáscara de naranja. El seno puede volverse más grande, duro, sensible o sentir picazón.
El carcinoma ductal invasivo comienza como un carcinoma ductal in situ o cáncer de seno no invasivo, al cual en ocasiones se le considera un precáncer. En esta etapa, las células cancerosas de los conductos no han invadido los demás tejidos del seno, por lo cual no pueden propagarse hacia otros órganos del cuerpo. El cáncer de seno no invasivo puede ser detectado por un mamograma y casi todas las mujeres a las que se les detecta logran curarse por completo.
¿Cuáles son los factores de riesgo?
Como con la mayoría de tipos de cáncer, no se conocen las razones exactas por las que una mujer llega a desarrollar cáncer de mama y otra no. Sin embargo, se han identificado factores de riesgo tanto inevitables como relacionados con el estilo de vida.
Los factores de riesgo que no se pueden modificar son:
· La edad. La mayor parte de los casos de cáncer de mama se da entre mujeres mayores de 50 años. En México el grupo de edad más afectado es el de entre 60 y 69 años.
· Genética. Las mujeres que tienen los genes BRCA1, BRCA2 o P53 tienen mayor probabilidad de desarrollar cáncer de mama. Existen pruebas para saber si una mujer tiene alguno de estos genes, pero son muy costosas y debe recordarse que aún de tenerlos no hay seguridad de que padecerá la enfermedad.
· Edad de inicio y término de la menstruación. Las mujeres que tuvieron su primera menstruación antes de los 12 años y la última después de los 55 tienen mayor riesgo de padecer cáncer de mama.
· Tener familiares directos que hayan padecido cáncer de seno.
· Haber recibido tratamiento con radiación en el área del tórax durante la infancia o cuando eran adultas jóvenes, sobre todo si la radiación se administró en la adolescencia, cuando los senos están en desarrollo.
Factores de riesgo relacionados con el estilo de vida:
· No haber tenido hijos o haber tenido el primer hijo después de los 30 años.
· Usar anticonceptivos orales durante más de cinco años (según estudios, el riesgo desaparecer después de un tiempo de dejar de usarlos).
· Tomar estrógeno y progesterona después de la menopausia (algunas veces llamada terapia hormonal combinada). El riesgo también parece disminuir cuando se deja la terapia.
· Lactancia materna nula o de corta duración. Este factor de riesgo va en aumento porque cada vez más mujeres prefieren usar fórmula que practicar la lactancia.
· Consumir bebidas alcohólicas. Incluso un trago al día aumenta el riesgo de padecer cáncer de mama.
· Tener sobrepeso u obesidad después de la menopausia.
Además, existen otros factores de riesgo que no han sido plenamente comprobados o no se ha encontrado su vínculo con el cáncer de mama, como el tabaco, el trabajar durante la noche, el uso de desodorantes, sostenes, tener implantes de seno, haber tenido un aborto provocado o algunos químicos.
¿Cómo puedo saber si tengo cáncer de mama?
Los síntomas de cáncer de seno sólo se manifiestan cuando éste ya se encuentra avanzado. Hoy en día, gracias a los mamogramas, muchos casos se detectan antes de que lleguen a presentarse síntomas. Sin embargo, las pruebas de detección no encuentran todos los cánceres a tiempo.
Aun así, es posible recibir atención oportuna si se pone atención al principal de los síntomas, que es el surgimiento en la mama de una masa o protuberancia conocida como tumor. En algunas ocasiones, aunque el tumor sea de gran tamaño –hasta 5 centímetros de lado a lado, aproximadamente como un tumor- es posible que las células cancerosas no hayan invadido otras partes del cuerpo.
Los tumores cancerosos generalmente no causan dolor, son duros y tienen bordes irregulares. Pero también hay algunos que son suaves y redondos o que causan dolor. Por eso un médico debe realizar una prueba clínica si se detecta cualquier irregularidad
Hay otros síntomas de cáncer de seno, pero debe tenerse en cuenta que pueden ser causados también por otras enfermedades. Sólo un médico puede determinar si se trata o no de cáncer.
· Hinchazón de todo o parte del seno.
· Irritación o hendiduras en la piel.
· Dolor en el seno.
· Dolor en el pezón o que el pezón se hunda (retracción).
· Enrojecimiento, descamación o engrosamiento de la piel del seno o del pezón.
· Secreción del pezón que no sea leche materna.
· Surgimiento de una protuberancia o hinchazón en las axilas o alrededor de la clavícula.
¿Qué puedo hacer para prevenirlo?
Para prevenir el cáncer de mama, lo más importante es realizar periódicamente las pruebas de detección como los mamogramas –también conocidos como mamografías o mastografías–, el autoexamen de la mama y las pruebas clínicas. Esto es de especial importancia para las mujeres que presentan alguno o varios de los factores de riesgo.
Un mamograma es una radiografía de los senos que usa una cantidad muy pequeña de radiación. Un mamograma de detección se usa para buscar enfermedades de los senos en las mujeres que no presentan ningún síntoma de cáncer de mama. Si ya se presenta algún síntoma o se encuentra un resultado anormal en un mamograma de detección, se realiza un mamograma de diagnóstico.
Debido al gran éxito en el combate al cáncer de mama que ha demostrado tener la detección temprana, se han establecido protocolos de prevención. En México existe una Norma Oficial para la Prevención, Diagnóstico, Tratamiento, Control y Vigilancia Epidemiológica del Cáncer de Mama. En ésta se dan las siguientes indicaciones:
· La población de 20 años y más debe realizarse la autoexploración.
· A partir de los 25 años, debe realizarse una exploración clínica anual por un profesional de la salud (médico o enfermera capacitados).
· Las mujeres de 40 a 69 años deben hacerse una mastografía cada dos años.
· Mastografías de seguimiento en las mujeres de 70 años o más, en aquellas con antecedentes de cáncer de mama o bien por indicación médica.
Además de la prevención, hay algunas medidas que reducen el riesgo de llegar a padecer cáncer de mama.
· Realizar ejercicio
· Evitar el consumo de bebidas alcohólicas.
· Cuidar el peso a lo largo de toda la vida, pero ante todo después de la menopausia.
· Practicar la lactancia materna. Según algunos estudios, un periodo de lactancia de un año y medio a dos años reduce el riesgo de cáncer de seno.
· Haber tenido muchos embarazos o embarazarse a una edad joven. Esto debe tomarse con cuidado, pues además de que el número de embarazos es una decisión que impacta todos los aspectos de la vida de las personas, se ha probado que tener más de tres embarazos es un factor de riesgo para el cáncer cervicouterino.
Para las mujeres con alto riesgo de padecer cáncer de mama, se recomienda realizar una prueba genética, consumir medicamentos que reducen el riesgo e incluso someterse a una cirugía para extirpar los senos. Todas estas son decisiones difíciles y personales que deben consultarse y evaluarse con un médico.
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