En un mundo donde la mutilación del clítoris de las niñas sigue siendo una triste realidad, la circuncisión masculina sigue siendo una forma de ingeniería ideológica a través del cuerpo: el procedimiento consiste en remover el capuchón exterior del pene dejando el glande expuesto, lo que le da a un pene circuncidado su característica apariencia. Pero fuera de la (debatible) esfera religiosa, ¿existe algún beneficio de salud en la circuncisión o alguna diferencia sensorial al tener relaciones con un hombre al que han sometido a dicho procedimiento?
La doctora Karen Boyle es jefa de medicina reproductiva masculina en el hospital de urología de Baltimore, y afirma que en algunos países en desarrollo la circuncisión es una herramienta para prevenir la propagación del virus del VIH, pero en los EU y países desarrollados el debate sobre esta práctica se reduce a motivos de higiene y de placer. ¿Qué diferencias experimenta a nivel sensorial un hombre circuncidado durante el sexo, cuáles sus parejas?
Sensibilidad
La doctora Boyle afirma que aunque la circuncisión no afecta ni el deseo sexual ni el desempeño, sí puede afectar la sensibilidad, pues al perder hasta la mitad de la piel que cubre el pene, este pierde “neuroreceptores de tacto sensible”, es decir, aquellos que responden a estímulos muy leves. De hecho, un estudio de la Universidad de Michigan afirma que la parte más sensible del pene de un hombre es la cicatriz que deja la circuncisión. Esto se explica porque las terminaciones nerviosas son alejadas de la superficie por la cicatriz, y por ello responden en menor medida.
Riesgo de infecciones
El capuchón de los hombres no circuncidados es un lugar perfecto para que incuben bacterias provenientes del sudor o de fluidos de su pareja. Supriya Mehta, emidemióloga de la Universidad de Illinois en Chicago, afirma que “las parejas sexuales femeninas de hombres no circuncidados están en mayor riesgo de contraer vaginosis bacterial”. El capuchón (y la falta de higiene) hacen que los no circuncidados también tengan mayores probabilidades de portar y transmitir enfermedades de transmisión sexual, incluyendo el VIH.
Limpieza
La ginecóloga Alyssa Dweck opina que las mujeres pueden tener la percepción de sentirse más limpias si están con un hombre circuncidado, lo que podría traducirse en mayor confianza y mayor satisfacción sexual, sin que exista una diferencia anatómica en términos de desempeño. Por otro lado, mantener limpio el capuchón de un pene no circuncidado puede ser sumamente difícil, debido a los pliegues de la piel.
Placer
Esta categoría es altamente subjetiva, pues se trata de evaluar el placer percibido por hombres y mujeres. Por ejemplo, un estudio proveniente de Dinamarca encontró que las mujeres con esposos no circuncidados reportaron sentir dos veces más insatisfacción que aquellas mujeres con esposos circuncidados. Sin embargo, otros estudios muestran resultados opuestos. La piel de un hombre no circuncidado puede aportar estimulación extra en el clítoris al retraerse y extenderse durante la penetración.
Dolor
Por último, las mujeres con compañeros circuncidados tienen 3 veces más probabilidades de experimentar dolor que las parejas de hombres no circuncidados, dado que “los penes no circuncidados son mucho más lustrosos, se sienten más como terciopelo, por lo que las mujeres que no están lubricando bien tienen mucho menos molestia durante el sexo con un tipo que no esté circuncidado.” Esto puede verse también en la masturbación, pues la piel que recubre el pene es por naturaleza resbaladiza, lo que requiere menos lubricación.