Por Lev Moujahid Velázquez Barriga
Ya son tres semanas del paro magisterial en Michoacán y el conflicto no termina; sin embargo, una danza de los millones va y viene al compás del gobierno federal y estatal diciendo que ya están resueltas las demandas de los maestros: ya les enviamos $1000 mdp en diciembre y les vamos a dar otros quinientos dice el presidente de la República; ya les pagué la quincena y un bono asegura el gobernador; ambos exhortan a que ya cesen las movilizaciones de los mentores.
En realidad, la danza de los millones es una estrategia desinformativa que se reproduce conscientemente por los medios de comunicación de la derecha y también se replica en los medios independientes por desconocimiento; en cuanto a la CNTE se refiere, le ha fallado la estrategia comunicativa para explicarle a la población por qué a pesar de que se habla de dinero de por medio, este no resuelve el problema de fondo.
De la danza de los millones nada es para la CNTE, cada peso que se solicita es para pagar el salario de los maestros tanto en activo como jubilados y se distribuye de manera directa a las cuentas personales o a través de cheques con el nombre impreso del docente sin distinción de ideologías o pertenencias sindicales; para aplicarse en las necesidades específicas de las escuelas sin intermediarios; para depositar al fondo de pensiones y jubilaciones que maneja el mismo gobierno; para pagos a terceros de instituciones públicas y privadas; para financiar programas socioeducativos que benefician a los alumnos y a los padres de familia.
En el mes de noviembre del año pasado, Silvano Aureoles gobernador de Michoacán, se declaró insolvente para pagar la nómina magisterial y tomó la decisión de entregar los servicios educativos a la federación; aquí viene la primera estampa de la danza, el gobierno de la República envió al gobernador $1650 mdp extras o regalados para entendernos mejor, de los cuales $650 mdp fueron para la Universidad Michoacana y $1000 mdp para educación básica, con los cuales solamente se pagó la nómina educativa de las últimas quincenas del año y los aguinaldos. No obstante, sin razón explicable porque no eran recursos estatales, el gobernador retuvo $150 mdp por impuesto sobre la renta y además no pagó la prima vacacional que sí recibieron los demás maestros de plaza federal en el país. Ahí tuvieron su fin los apoyos federales.
La danza de los millones con la que hicieron fiesta, es la de los legisladores afines a Silvano, pues aprobaron en el presupuesto de egresos 2019 sólo $3,139 mdp cuando en realidad se necesitan $5,952; no conformes, pusieron un candado, únicamente se pueden gastar $130.7 mdp cada quincena y se necesitan $244 mdp sin contemplar prestaciones como los bonos ¿cómo piensan hacerle para completar la nómina? Esto no es un error de cálculos matemáticos, es una agresión premeditada contra los maestros.
Los $1000 mdp que envió la federación en 2019, primero $200 y luego $800, son aportaciones adelantadas al estado, a modo de préstamos y no extras; el dinero ya está en manos del gobernador pero no de los maestros, de ahí lo único que se pagó fue la segunda quincena de enero, no hubo ni un peso más (un bono anunciado fue falso), el propio Silvano dijo públicamente que tenía otras prioridades y que no todo era para el sector educativo. En el último acercamiento con la federación, se ofrecieron sin concretarse $500 millones extras que serían, ahora sí, para pagar adeudos y rezagos, entre ellos la cifra engañosa de 9 bonos que no son universales sino que unos son para maestros, otros para jubilados y unos más para personal de apoyo a la educación. Las cifras se leen exorbitantes, pero los 16 bonos que el estado adeuda desde hace tres años a un maestro de educación primaria, cuya profesión está entre las diez peor pagadas, no rebasan los 35 mil pesos.
¿Cuáles problemas persisten y que no se resuelven con la danza de los millones en sus primeras estampas? He aquí algunos: un punto medular es la insuficiencia presupuestal para la nómina del 2019; también es incierto quién será el responsable de los servicios educativos; el pago de servicios médicos con el ISSSTE; los pagos a terceros que fueron descontados vía nómina pero que el gobierno no hizo llegar a las empresas privadas, lo cual constituye un robo descarado; los depósitos al fondo de pensiones y jubilaciones que los trabajadores aportan en automático pero no el gobierno; adeudos de prestaciones que datan desde 2017; el techo presupuestal para programas socioeducativos y el sostenimiento de albergues y estancias infantiles.
La estrategia de la danza de los millones es alargar el conflicto hasta el desgaste físico, emocional, económico, de la figura social de los maestros y de la organización sindical, así como del consenso que se han ganado con la población; se trata de eliminar cualquier posibilidad de entablar luchas por ampliar los derechos laborales y la seguridad social, de frenar cualquier intento por mejorar las condiciones de las escuelas y de los alumnos. La danza de los millones es una guerra de baja intensidad para someter al profesor al inmediatismo de la pelea cotidiana por el pago de la quincena que sigue, o peor, la que aún no termina.
*Dr. en Pedagogía Crítica