El pasado mes de abril el auditor superior, Juan Manuel Portal Martínez, detalló que en cinco años, la deuda pública de nuestro país aumentó 7.5% para alcanzar en 2014, una proporción de 41.8% del Producto Interno Bruto (PIB).
Además, en el mismo año se acudió principalmente a financiamiento en el mercado interno en 70.8% del total y para complementar, se contrató deuda externa de 29.2%.
Este año dicha deuda alcanzó un máximo histórico, al cierre de marzo suma 8 billones 784 mil 226 millones de pesos, equivalente al 47.6 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), de acuerdo con el Informe Trimestral de Finanzas Públicas de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
Esta deuda pública total está representada en el Saldo Histórico de los Requerimiento Financieros del Sector Público (SHRFSP), donde se suma no sólo la deuda que adquiere el Gobierno federal, sino la de organismos y empresas públicas, bancos de desarrollo y pasivos adquiridos durante los rescates bancarios.
La deuda total de México creció 3.7 puntos del PIB, equivalentes a un billón 145 mil 623 millones de pesos. Cuando inició la administración de Enrique Peña Nieto, esa deuda era equivalente a 38.6 por ciento del PIB y fue creciendo paulatinamente hasta llegar a su nivel actual.
El mayor incremento proviene de la propia deuda que adquirió el Gobierno federal.
Gabriel Farfán, director general de Comunidad Mexicana de Gestión Pública para Resultados, señaló que la velocidad y el tamaño del endeudamiento del País es insostenible por encima de lo esperado por analistas.
“Medir la sostenibilidad de la deuda se puede hacer considerando el ritmo de crecimiento de esa deuda contra el crecimiento del País.
“En el caso de México claramente la deuda ha crecido más rápido que la economía y eso vuelve la situación insostenible”, dijo.