César Vázquez / @LetraMia
Morelia, Michoacán.- Este lunes, la médico perito, Graciela Delgado Luna, inició una huelga de hambre afuera de las oficinas de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos (CEDH) con el fin de exhibir que dicho organismo no cumple con la ciudadanía, y que lejos de abogar por las víctimas, es cómplice de las autoridades.
Luego de casi tres años de haber interpuesto una queja por mal trato, segregación y violaciones de sus derechos durante la aplicación de exámenes de Control y Confianza, Graciela Delgado asegura tener todos los elementos para exhibir una actuación negligente del ombudsman José María Cásares y sus subalternos.
“En la última respuesta que me ofreció el presidente de la CEDH, me dijo ‘lo sentimos, no se pudo negociar’, pero los Derechos Humanos no se negocian, deben identificar si hay o no violación, él está negociando cuando yo pido que se me respeten los derechos humanos y se me haga justicia”, explicó la inconforme.
Con ropa cómoda, con una pequeña mesita donde colocar su legajo de fojas de su expediente, con un ataúd negro que en forma de cruz representa la leyenda ‘Mis Derechos’, Graciela Delgado se apostó a un costado de la Comisión Estatal en huelga indefinida, esperando que el ombudsman resuelva su situación.
Ella, fue la primera en interponer una denuncia ante la Comisión de los Derechos Humanos por considerar ilegítimos los procesos de aplicación del examen de control y confianza, debido a que por un problema de diabetes mellitus, alega que no podía aplicarlo en las mismas condiciones que el resto del personal.
En dos ocasiones se le aplicó la prueba de poligrafía, sin que se le explicara porque se le repetía. Incluso en la segunda ocasión acusa que se le hacían preguntas, como cuándo fue la última vez que ingeriste drogas, o qué tipo de delitos has cometido.
Graciela Delgado, además denunció en su queja que fue obligada a exhibir sus genitales en ciertas posiciones frente una evaluadora bajo la consigna de ‘verificar’ que no tuviera ningún tipo de tatuajes.
Lo derivó, en que interpusiera en el 2011 una queja ante la Comisión de Derechos Humanos, que dio como resultado la conciliación de las partes con la condición de que realizara un tercer examen de control y confianza, mismo que la denunciante no aceptó porque no se le explicó qué objeto tenía.
A decir de la médico, después de 27 años de servicio, sólo quiere retirarse con dignidad, recibir un trato humano y una compensación por la entrega que durante casi tres décadas mantuvo con la Procuraduría General de Justicia (PGJ).
Con documentos en mano, señaló que la Comisión Estatal de los Derechos Humanos sólo ha visto transcurrir su expediente, pues en sus recomendaciones ni siquiera considera el problema de salud que padece. Por lo que todo lo remiten a una negociación de los derechos humanos, manifestó.
Por esta situación, fijó que solo se retiraría de la huelga de hambre si la CEDH retoma su caso, si la PGJ establece un proceso digno para su retiro, o en todo caso, si renuncia José María Cásares por ser cómplice de las malas actuaciones de la Procuraduría de Michoacán.