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Conflictos por robo de madera podrían extenderse por toda la Meseta, alertan comuneros

César Vázquez / @LetraMia

Morelia, Michoacán.-Ante la indiferencia del Gobierno del Estado, comuneros de la población de Sevina reforzaron sus barricadas para defenderse de los ataques y amenazas que les han lanzado los talamontes, aseguraron que tienen el apoyo de los elementos de la Fuerza Rural para portar armas.

Los habitantes de Sevina llevan más de un mes desde que se levantó contra los talamontes, propiamente acusan a pobladores de Comachuén, ambas tenencias de Nahuatzen, y como primera reacción destruyeron la carretera que comunica entre ambas poblaciones.

A los 15 días de que se levantaron, se unieron con la comunidad de Pichátaro, del municipio de Tingambato, para denunciar este saqueo de madera, pero en las negociaciones con el gobierno del Estado, sólo se estableció una mesa de negociación a cambio de que liberaran la carretera, sin embargo no hubo ninguna respuesta en concreto.

De acuerdo con Salvador Calvillo, habitante de Sevina, alertó que si el Gobierno no atiende como se debe, con sanciones y con prevención, lo que está ocurriendo en esta comunidad se puede expandir por toda la Meseta Purépecha, luego que la tala clandestina no se ha detenido, pese a los operativos de vigilancia que se realizan en la zona.

“Este riesgo persiste porque las comunidades indígenas no tienen ninguna oportunidad de desarrollo, no hay empleo y no tienen otra alternativa de hacerse llegar ingresos que talando bosques y entregando la madera a los acaparadores de Capácuaro y otras regiones”, ejemplificó el indígena.

Narró que son los mismos acaparadores que devastaron los bosques de Cherán y las comunidades aledañas, y que cuando la comunidad organizada se levantó contra ellos, simplemente saltaron a otro bosque y otras comunidades para inculcarlas al saqueo.

“Ya se blindó Cherán, lo estamos haciendo aquí en Sevina, pero si el gobernador, que dicen que se andaba paseando por Roma, no pone atención, el problema se extenderá a otros poblados, porque los talamontes simplemente buscan otros los lugares cercanos, como Nahuatzen, Zacapu o Parácho para seguir saqueando la madera”, advirtió.

Declaró que esta situación se debe a vacíos legales que hay en la procuración de Justicia y de los que se valen los talamontes, si los denuncian y los detienen, pagan una fianza y salen libres.

Esto se debe, por ejemplo, a que legalmente no se considera un delito grave si transportan cuatro metros cúbicos de madera, por eso no se ven grandes camiones troceros, acción que las autoridades forestales han calificado como robo hormiga.

La comunidad de Sevina sufrió afectaciones en sus bosques hace diez años, actualmente se ha consolidado como el ejemplo claro de recuperación forestal, luego que lograron recuperar casi en su totalidad todos los cerros que estaban dañados, pero ahora los propios sevinenses evidencian que de poco ha servido el esfuerzo porque continúa la tala clandestina.

El problema se agudiza al darse en una región encañada en un cinturón de pobreza, con pocas fuentes de empleos y parcelas que producen sólo durante el temporal de lluvias.

La situación de pobreza y de necesidad que tienen algunas comunidades, como específicamente ocurre con los habitantes de Comachuén, se ven obligadas a robar la madera y venderla a costos realmente bajos, así inicia el saqueo hasta ahora que los comuneros denuncian que ya hay grupos armados.

19 febrero, 2015
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