Janine González / @EllaEstrellaa
¿Cuántas pancartas, en los últimos años, habrán sido levantadas por los indignados? ¿Cuántos pies han tocado las calles para marchar en contra del abuso? ¿Cuántas gargantas se habrán rasgado las cuerdas vocales para exigir justicia por sus muertos? Si pudiéramos calcular los litros de sangre que se han vertido en este país, a causa de un partido político, ¿habría conciencia en sus habitantes?
Este es el inicio de una serie especial, dedicada a recapitular cada caso emblemático de la negra historia del partido que hoy se encuentra en Los Pinos, gobernando México, viento en popa. Dice el dicho, que quien no conoce su historia está condenado a repetirla. Desafortunadamente esta nación se quedó envuelta en un círculo vicioso de tragedia, pues como el género expresa, la historia del país se desarrolla entre asesinatos, muertes y más dolor, como si el destino hubiera sido dictado por un oráculo… Oráculo o mafia en la cúpula del poder, pero alguien lo ha ordenado.
El PRI es el partido político más longevo de este país. Nace en 1929, bajo el nombre de PNR (Partido Nacional Revolucionario) sus estatutos originales señalaban: “Mantener una disciplina de sostén al orden legal” a través de la “unificación de los elementos revolucionarios del país”, su principal impulsor fue Plutarco Elías Calles, convirtiéndose en el mandatario, que además de ondear la bandera con la premisa de dejar de ser caudillos para dar paso a las instituciones, inició el famoso proceso de elección de presidente: El dedazo.
“El dedazo”, una práctica presidencialista antigua. ¿Cómo ha sido utilizado? Plutarco Elías Calles, eligió a Pascual Ortiz Rubio como su sucesor. Ser el elegido implicaba tener favores pactados de protección con el antecesor y viceversa. Díaz Ordaz optó por Luis Echeverría, Echeverría por López Portillo, De la Madrid por Carlos Salinas de Gortari. Así es como,aun celebrándose comicios, los fraudes electorales han llegado a consumarse. Salinas, designó a Luis Donaldo Colosio, pero por su trágico desenlace, se tuvo que seleccionar a Ernesto Zedillo, concluyendo el último “dedazo” consecutivo priista.
En 1938 cambió su denominación a PRM (Partido de la Revolución Mexicana), manteniéndose hasta 1946, año en que se bautizó como PRI (Partido Revolucionario Institucional). Este ente, es fundador de muchos mecanismos que han protegido la corrupción hasta el día de hoy, como lo son los sindicatos y algunas otras instituciones.
El PRI, ha encontrado la forma de violar derechos humanos y reprimir a numerosos habitantes de este país a lo largo de la historia sin ningún tipo de repercusión. Más de 300 estudiantes en 1968 fueron asesinados, otros 120 en el Jueves de Corpus en 1971, 45 indígenas (mujeres embarazadas y niños) finados en la matanza de Acteal en 1997, 47 mujeres violadas y 2 muertos en Atenco durante el operativo ordenado por EPN en 2006. Crisis económicas, robos millonarios descarados en Coahuila y Cuernavaca, mientras la impunidad sigue reinando y riéndose de los mexicanos.
Si las reformas estructurales amenazan el futuro de este país, si nuevas elecciones se acercan, si la información es poder y si se cuenta con una herramienta como las redes sociales, es justo y necesario que los putrefactos capítulos del PRI, sean recordados y se vuelvan armas para los ciudadanos que, obligadamente, deben defenderse de un futuro incierto.