César Vázquez / @LetraMia
Morelia, Michoacán.-Después de años de resistencia finalmente las casas de estudiantes de Michoacán se encuentran minadas, lo que parecen ser conflictos internos, podrían ser el terreno adecuado que buscan las autoridades universitarias para imponer una ley y así obligarlas a entrar a una ‘regularización’.
Las últimas dos noches la casa femenil de estudiantes Rosa Luxemburgo, ha sido la prueba evidente de una descomposición en la organización que durante años supo mantener la Coordinadora de Universitarios en Lucha (CUL), sin embargo ahora se ven enfrascados en letales discordias de grupos.
Han llegado a expulsar a grupos de moradoras a las que estigmatizan de tener ideas de organización que difieren del resto de los pertenecientes a la CUL, por ello las han expulsado e incluso sacado sus pertenencias a la calle.
Así ha ocurrido en las últimas noches, donde sólo después de horas de discusión pero con un evidente sisma de por medio, se les ha permitido el reingreso.
En entrevista con una de las moradoras que fue víctima de estas acciones en la Casa Rosa Luxemburgo, confesó que hay una evidente discordia, “pero esta ha sido parte de una artimaña que ha orquestado sobre nuestras casas la Rectoría de la Universidad Michoacana, principalmente Dolores Govea Paz, responsable de asuntos estudiantiles, y que ha metido estudiantes a las casas con el único propósito de causar divisiones internas”, explicó la estudiante.
La forma de operar, explicó, es que en cada casa de estudiantes de la CUL hay un grupo de moradores que se ha encargado de fungir como brazo operador de Dolores Govea, “a algunos estudiantes les ofrecen alguna beca para que los apoyen en sus pretensiones, a otros los amenazan con expulsarlos, ese tipo de cualidades sólo lo pueden hacer si hay una autoridad detrás”, explicó la joven.
Incluso enfatizó que esos mismos estudiantes se han encargado de difamar la organización que hay dentro de las casas de universitarios, y han filtrado a medios de comunicación imágenes apócrifas, donde aparentemente hay gente bebiendo al interior de los albergues.
“Pero en nuestros mismos estatutos se encuentra establecido que no se permite el acceso a personas alcoholizadas, mucho menos hacer fiestas; las únicas fiestas que se realizan son en los aniversarios de las casas de estudiante, pero las autoridades universitarias son enteradas de ello”, explicó.
La finalidad es imponerles un reglamento, que desde hace tres años está en el aire, situación que ipso facto acabaría con la autonomía de cada casa, pues hasta ahora las autoridades las consideran huérfanas, incapaces de regirse por sí mismas, hechos que están quedando evidenciados con los grupos infiltrados, y si estos no existen, será motivo suficiente para que la rectoría les imponga su voluntad.
