Al menos 512 personas han sido desaparecidas entre 1969 y 1985 en el estado de Guerrero, a cargo del gobierno mexicano, indicó un informe presentado por la Comisión de la Verdad de Guerrero.
De esta manera la entidad se ubica como el epicentro de la crisis social, ahora en ebullición por la desaparición de 43 normalistas de Ayotzinapa.
A la fecha se desconoce el paradero y la orden judicial por las que fueron ‘detenidas’ aquellas 512 personas. Sin embargo, el documento comprueba que la hoy extinta Dirección Federal de Seguridad (DFS) llevó a cabo ejecuciones extrajudiciales, abusos policiales, violaciones e incluso vuelos de la muerte durante 14 años.
360 elementos policiales y militares de élite fueron desplegados para “localizar, capturar y exterminar” a grupos considerados ‘subversivos’ en la década de los 70, sin necesidad de órdenes judiciales.
“La gente aún tiene mucho miedo a hablar. De ninguna manera lo recabado representa el 100 por ciento de las desapariciones forzadas. Muchas personas todavía tienen temor. Otros consideran que ya ocurrió hace mucho tiempo y prefieren resignarse”, relató Nicomedes Fuentes, integrante de la Comisión.
Asimismo agregó que “todo lo que ocurrió en la guerra sucia está vinculado con lo de Ayotzinapa. No se resolvió el problema de los años 70. Nunca se ha buscado resarcir el daño. No hay una cultura democrática que traiga paz. El peor delincuente tiene derecho a un juicio. No tienen por qué desaparecerlos. Tienen que juzgarlos y castigarlos de acuerdo con el Estado de derecho de México”.
Por su parte, Gustavo Tarín, miembro de la policía militar, describió cómo los guerrerenses eran detenidos, interrogados y torturados para “confesar” delitos sin orden judicial, aunque si se negaban, los llevaban al “banco de los acusados” y luego los asesinaban de un disparo en la nuca.
“Siempre se usó la misma pistola, por lo que la bautizaron como la espada justiciera. (Los cuerpos) Se colocaban dentro de costales, se le ponían unas piedras y se cosían”, para luego ser arrojados desde aviones militares.
Ahora, el paralelismo entre el Guerrero de hace 40 años y el de hoy es impactante. Las cifras de pobreza son casi idénticas: del 70 por ciento de la población en 1962, al 69.7 por ciento en 2013, lo cual generó movilizaciones que posteriormente fueron reprimidas, en ambos casos.