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El descubrimiento de neurocientíficos alemanes, en el Instituto Max Planck de ese país, abre interrogantes aún más profundas sobre los misterios del cerebro, pero da también nuevas expectativas para hallar remedio a uno de los problemas cerebrales de mayor expansión en la Humanidad actual: el alzheimer.
Los científicos saben de tiempo atrás que los recuerdos musicales se diferencian del resto, cuando el alzheimer comienza a realizar estragos en la memoria del paciente. Individuos incapaces de recordar dónde viven, cómo se llaman o qué hacer para atarse el cordón del calzado, recuerdan sin embargo tonadas de su infancia sin mayor problema o canciones de adolescencia que no escuchaban hace décadas. Los científicos parecen ahora haber encontrado respuesta al asunto: la música la archivamos en lugares físicos diferentes que el resto de lo memorizado. Tenemos una suerte de “discoteca” completa en el lóbulo temporal, el sector que va de la sien a la zona posterior del oído, donde operan los recuerdos musicales.
Dos áreas cerebrales operan en una misma tarea: la musical
Los neourocientíficos del Instituto Max Planck de Neurociencia y Cognición Humana de Leipzig (Alemania), han llegado a la conclusión que la tarea de atender el fenómeno musical, pasa por dos áreas del cerebro distintas; una cuando escuchamos y otra cuando archivamos. Con una serie de experimentos de laboratorio en humanos, mediante resonancias magnéticas, demostraron que no solamente la funcionalidad difiere de área, sino que el área donde se “aloja” la música es diferente de dónde se guardan otros recuerdos, según publican en la revista Brain y reproduce el diario El País de Madrid.
“Al menos, los aspectos cruciales de la memoria musical son procesados en áreas cerebrales que no son las que habitualmente se asocian con la memoria episódica, la semántica o la autobiográfica”, afirma neurocientífico y coautor del estudio, Jörn-Henrik Jacobsen. Los análisis probaron además que las áreas musicales no se veían tan atrofiadas como otras del cerebro cuando avanza el alzheimer, algo que nadie aún sabe porqué ocurre. Sin embargo ello abre un pequeño resquicio en el misterio de la enfermedad y la hipótesis ya no tan descabellada de que algunas partes de nuestro cerebro operen en lugar de otras, para el caso que el alzheimer llegue a atacar.