Un sacerdote italiano fue detenido por la policía de tráfico de drogas en Prato, Florencia, se realizaba una investigación policial sobre cocaína y fiestas de GBL, la cual es una variante de la “droga de violación” y orgías organizadas por él y su pareja.
En las fiestas que organizaban participaron médicos, enfermeras, gerentes de bancos, empresarios, los cuales fueron reclutados por internet.
El sacerdote y su pareja consumían y vendían la droga y cada semana organizaban fiestas. Durante dos meses el sacerdote retiró 40 mil euros de la cuenta de la iglesia, lo cual utilizó para drogas y pagos por 75 mil euros.
Por lo que las drogas se pagaron con las ofrendas de los feligreses y se dieron a personas que se contractaron a través de páginas de citas sexuales.
“Son noticias que un padre y un párroco no querrían tener nunca y que afectan a toda la diócesis. En este momento quiero estar especialmente cerca de la comunidad parroquial de Castellina, compartiendo su sufrimiento e incomodidad”, señaló el obispo de Patro, Giovanni Nerbini.
De acuerdo con la diócesis el sacerdote había presentado un fuerte sufrimiento físico y psicológico, sin embargo, no se hubieran imaginado que tuviera problemas de adicción a las drogas.
Cuando el sacerdote reveló que usaba drogas el obispo impuso un proceso de rehabilitación psicoterapéutica con un especialista, pues más que traficante el perfil del sacerdote es de drogadicto.
“Cuando recibimos noticias de movimientos sospechosos en las cuentas parroquiales, procedí a retirar el poder exclusivo de firma del párroco, para poder proceder a la verificación de la situación”.