Editorial / Revolución 3.0
La toma de Radio Nicolaita que sostuvieron agremiados al Sindicato Único de Empleados de la Universidad Michoacana (SUEUM) desde el 31 de enero y hasta el 5 de febrero, ha concluido con el despido de quienes se apoderaron de las instalaciones de la radiodifusora por incurrir en las causales de rescisión previstas en la cláusula 12 del Contrato Colectivo de Trabajo, según argumenta el área jurídica de la UMSNH.
A las consecuencias legales podrían sumarse sanciones de tipo penal, ya que la UMSNH presentó denuncia ante las fiscalías del Estado y de la República contra quién resulte responsable de los delitos de despojo de instalaciones y presunto ataque a las vías de comunicación.
El Artículo 306 de la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión establece que “Quien dañe, perjudique o destruya cualquiera de las vías generales de comunicación en materia de telecomunicaciones y radiodifusión, cualquier bien inmueble o mueble usado en la instalación u operación de una concesión, interrumpiendo total o parcialmente sus servicios, será castigado con un año a ocho años de prisión y multa de 7,000 a 36,000 salarios mínimos”.
El Artículo 167 del Código Penal Federal también estipula que podría castigarse con cárcel o multa económica “alque dolosamente o con fines de lucro, interrumpa o interfiera las comunicaciones, alámbricas, inalámbricas o de fibra óptica, sean telegráficas, telefónicas o satelitales, por medio de las cuales se transfieran señales de audio, de video o de datos”.
Mientras tuvieron bajo su control las instalaciones, los empleados usaron Radio Nicolaita como medio de difusión del SUEUM, ya sea para defender las posturas del sindicato o para lanzarse en contra de las autoridades universitarias, exigiendo la renuncia de funcionarios, y hasta calificando como delincuente al rector Raúl Cárdenas Navarro.
La radio pública, como lo es Radio Nicolaita, no puede estar al servicio de intereses particulares o gremiales; es decir, no puede ser usada para atacar a los trabajadores ni para que los sindicatos arremetan contra las autoridades. En esencia es territorio para la educación, la ciencia y la cultura.
A río revuelto, ganancia de pescadores. Los trabajadores de la radio aprovecharon que el SUEUM anda levantado por la falta de pagos para exigir la destitución de su directora Yazmín David Parra porque les ha levantado actas administrativas, lo que es natural cuando se ponen en marcha cambios y se hace el intento por superar dinámicas laborales que no son propositivas; es un secreto a voces que en la radiodifusora universitaria campean viejos vicios laborales,y hasta de conducta que han terminado en golpes entre empleados.
Evidentemente, el conflicto en Radio Nicolaita va más allá de las dinámicas internas entre trabajadores de la radio y directivos, porque se ha vuelto un territorio en el que Rectoría y Sindicato miden fuerzas; sin embargo, quién más pierde es la audiencia, porque en la radio universitaria tendría que encontrar una alternativa a los contenidos de la radio comercial, dónde abunda la misoginia, los estereotipos que hacen daño a nuestra convivencia social, y hasta la apología de la violencia, pero no: encuentra la resonancia de un conflicto que no se ha sabido solucionar mediante el diálogo y la construcción de acuerdos.
Corresponde a los ciudadanos, en su papel de radioescuchas, exigir tanto a las autoridades universitarias como a los sindicatos el buen funcionamiento de Radio Nicolaita, porque el espacio radioeléctrico es de todos, y más aún cuando está concesionado a un medio público de comunicación.
Radio Nicolaita, en congruencia con su vocación de medio público universitario, debe ser un espacio donde se garantice el derecho de las audiencias, y para ello es necesario que opere con mayor autonomía, pero también con suficiencia presupuestal, como un espacio neutro que toda la comunidad universitaria y ciudadanos deben respetar, porque la radio cultural y educativa es el último reducto de nuestros mejores valores como sociedad.