Ir21 / Foto: David Clow
Una investigación realizada en la Universidad Rujr de Bochum, en Alemania, concluyó que dormir la siesta es clave en los bebes para que fijen los conocimientos que reciben, más allá de las múltiples horas de sueño que suelen tener a edad temprana.
El artículo sobre el particular, publicado en Proceedings of National Academy of Sciences, señala que además de ser absolutamente fundamental para el desarrollo físico del niño en su primer año de vida, también lo es en el área mental, particularmente en lo cognitivo.
“El sueño mejora sin duda alguna la consolidación de la llamada memoria declarativa, que se encarga de evocar datos en forma consciente, así como los recuerdos en niños de entre seis meses y un año”, afirmó la especialista Sabine Seehagen, autora principal del trabajo. La psicóloga infantil, trabajando en la Universidad Ruhr de Bochum, enfatizó que el sueño “pone en marcha importantes procesos de fortalecimiento de la memoria”. En esa línea hizo repetir determinadas acciones con títeres, horas después que los niños las aprendieron. Los que en el intervalo durmieron “una siesta” tuvieron mucho mejor resultado retentivo y los conceptos de acción los mantenían pasadas las 24 horas, algo que los demás no lograron sin repeticiones adicionales.
La investigadora estimó como muy posible, “que en el cerebro de los bebés, el hipocampo tenga una capacidad muy limitada y dormir sea su modo de descargar información en el neocórtex antes de olvidarla”, según detalla en el informe referente.
Los adultos por supuesto que también se benefician
La especialista recordó que la tendencia a defender la siesta como una actividad de importancia para la salud, es creciente y positiva, en tanto además de consolidar y fortalecer memoria “también en adultos, el sueño permite analizar problemas y encontrar nuevas soluciones”.
Mientras tanto, investigadores australianos buscan establecer si es suficiente la “minisiesta” como apuntan algunos trabajos en los países de Europa y Norteamérica, o si debe cumplirse el ritual de media hora, como forma de realmente obtener beneficios. Todo indica en primera instancia que depende no solamente de los individuos, sino también de sus culturas y sus costumbres, ya que mientras los japoneses –para quienes la siesta es algo absolutamente impensado- se recuperan con solo minutos de dormir en la oficina inclusive, los mexicanos y mediterráneos suelen precisar bastante más tiempo y deben hacerlo en condiciones similares al sueño nocturno para obtener máximo beneficio.
