Jonathan Núñez / jonathan3_0
A la fecha, el gobierno de Michoacán se encuentra en una situación caótica ya que las condiciones de inseguridad han rebasado por completo su capacidad. Esa sensación se respira en todo el estado, pero principalmente en la zona de Tierra Caliente, que comprende varios municipios, incluyendo Tepalcatepec, lugar donde el pasado 27 de enero se firmó un acuerdo de cooperación entre autodefensas y Fuerzas Federales.
Y fue precisamente en ese contexto y en este municipio fue donde iniciaron dos días de cobertura como colaborador de Michoacán 3.0, acompañando a los grupos de autodefensa en la toma de Peribán y Los Reyes, localidades que antes eran amenazadas y controladas por el crimen organizado.
La presencia de unidades de la Policía Federal, el Ejército Mexicano y la Marina en las carreteras es impresionante, así como las huellas de algunos acontecimientos que se quedaron marcados en la memoria de los michoacanos, como la quema de autobuses, barricadas abandonadas o lugares escenas de enfrentamientos.
Después de que los grupos de autodefensa tomaron el municipio de Peribán pude conocer más sobre la vida de sus integrantes, que en palabras de varios de ellos “son como una familia enorme”, la cual tiene como deseo y objetivo disolverse. “Nosotros lo que más queremos es desaparecer, pero eso se hará ya que limpiemos todo Michoacán de templarios” mencionan.
La gran mayoría de las personas (por no decir todas) las que forman parte de estas guardias comunitarias narran entre sus testimonios haber estado cansados de extorsiones, amenazas y humillaciones de los templarios. Por eso, ahora que portan armas y usan vehículos blindados se sienten con la fuerza para poder combatirlos “hasta que se acaben, hasta que no quede ninguno” aseguró con furia uno de ellos.
La toma del municipio de Los Reyes generó muchas expectativas, luego de tres intentos que terminaron en tragedia, esto tras el ataque de un comando armado que abrió fuego a varios integrantes comunitarios en las puertas de la presidencia municipal, lo que dejó al menos cinco muertos.
Por ello en este nuevo intento, las guardias comunitarias esperaron refuerzos de varias comunidades y se mantenían más alertas que de costumbre, no era para menos.
Ver mujeres armadas generó en mi un impacto aún mayor, es una imagen que rebasó por completo a lo que estoy acostumbrado y por si eso fuera poco, las circunstancias que las han llevado a sumarse a los grupos de autodefensa y sus testimonios son interminables.
Una de ellas, aseguró que su razón principal que la llevo a unirse a las autodefensas fue su sed de venganza y aunque no fue capaz de narrar el motivo, sus ojos y su voz entrecortada daban cuenta de la gravedad de la situación por la que atraviesan las mujeres y el pueblo michoacano en general.
Durante la caravana se vivieron momentos de tensión. Un miembro de la de las autodefensas detectó movimiento: tres hombres armados (seguramente vigilantes e informantes de los templarios) escondidos entre una propiedad rodeada de matorrales.
Todos se bajan de las camionetas al instante, cargan sus armas, toman posiciones de combate, el nerviosismo y la adrenalina comienzan a recorrer todo cuerpo de todos los que nos encontrábamos en la línea de fuego.
Al final y sin abrir fuego, los sospechosos huyeron y se escondieron entre las plantaciones. La tensión se calma y la caravana avanza, no sin antes formar un equipo que continuará la búsqueda de los tres posibles informantes o “punteros” como ellos les llaman.
Momentos como este me llevan a pensar que los reporteros se ven aún más expuestos que los propios guardias, pues no tenemos ropa especial que nos proteja ni portamos ningún arma. Sin embargo son riesgos que deben tomarse si se quiere documentar lo que está pasando en estas tierras que parecen incontrolables.
En cada avanzada, en cada toma de alguna comunidad o municipio se respira peligro, alerta, la posibilidad real de enfrentamientos, de muertes de ambos bandos, de eventos violentos que desgraciadamente al paso del tiempo se están volviendo cosa de todos los días.
La caravana termina por dispersarse para “limpiar” los alrededores y entradas secundarias a la cabecera municipal, operación que realizaron antes de hacer la toma de la plaza y declarar oficialmente a Los Reyes como zona controlada por autodefensas.
Esa es parte de la realidad que pude oservar, que no es más que la consecuencia de un gobierno incapaz de brindar garantías de bienestar a sus ciudadanos cansados e indignados y que han decidido hacer justicia por cuenta propia.