Rosario Herrera Guido
Yo creo que los hombres continuarán
matándose y torturándose los unos a los otros
mientras maten cruelmente y torturen a los animales.
También habrá guerras porque hay que entrenar
y perfeccionar la matanza en objetos más pequeños,
moralmente y técnicamente.
Edgar Kupfer-Koberwitz
Hablar de democracia y callar al pueblo es una farsa.
Hablar de humanismo y negar a los hombres es una mentira.
Paulo Freire
En los últimos días vivimos a través de las redes un espectáculo de indignación e imaginación crítica de millones de mexican@s, que reprueban a truhanes gravados por un video que muestra la cobarde y violenta golpiza que les propinan a un par de indefensos perritos chihuahua y matan con exceso de violencia a un ratoncito hamster en la tienda “+Kota” de Pachuca, Hidalgo. Un maltrato que debe ser elevado a nivel constitucional y penal, pero que a falta de este status no deja de indignar y preocupar, pues estos tipos andan sueltos y van a necesitar liberar su pulsión de muerte en otros animales y/o personas.
Como sabemos, las noticias de violencia hacia los animales y las personas son en México el pan cotidiano. En días recientes la periodista y analista política Beatriz Pagés Llergo, califica de “Drama Nacional” el horrendo crimen cometido en Chihuahua por niños y niñas que no pasan de los quince años de edad, que amarraron, apedrearon, acuchillaron y medio sepultaron en un río a un menor de seis años, y que los vecinos, tratando de prevenir un mal mayor, alertaron a las autoridades de que esos menores torturaban a las mascotas de los vecinos y les prendían fuego a las casas con los perros y los gatos adentro. Un escenario familiar a todo lo largo y ancho de ¡Michoacán!, que no le quitado hasta ahora el sueño a ninguno de nuestros legisladores ni gobernantes.
Una de las imágenes más difundidas en las redes sociales es un perrito snauzer de pie y con las patas delanteras empuñadas diciendo con rabia: “¿Dónde están los putos de +Kota?” Una violencia ante la que los animalistas de carrera no buscan un calificativo que los diagnostique como enfermos mentales o psicópatas, porque entonces no se les puede juzgar jurídicamente. Y como en Pachuca no cometieron delito alguno, los usuarios de las redes sociales, a pesar de que “la infamia” está prohibida por el art. 22 de nuestra Carta Magna, están tratando de darles consciente o inconscientemente muerte social, para que sean rechazados a donde quiera que vayan. Porque parece que el cinismo de estos tunos corresponde muy bien al Imperio de la Impunidad que malgobierna a este desahuciado país, pues la ex Senadora, disque animalista y ahora, gracias a las maravillosas lianas de la jungla de la política, Asambleista del DF por el PRI, María de los Ángeles Moreno, quien tuvo en sus manos desde hace por lo menos dos años el poder intervenir legislativamente y a fondo en esas cruentas tiendas de mascotas, pero se hizo la desentendida, como una auténtica política vendetta y convenenciera.
Una crueldad, como me dice al respecto mi amiga Marielena Hoyo Bastién, ante la cual es preciso pedirles y hasta exigirles a los diputados entrantes y a los senadores actuales, incluir en el código nacional de procedimientos penales, el maltrato animal, para que de ahí pase a cada código penal de los Estados, pero no con fianza sino con sanciones severas, pues hasta ahora, la ley está tan bien amañada, que no sirve más que para darle atole con el dedo a los animalistas y a l@s ciudadan@s y para no saturar las cárceles.
Pero frente a la multitudinaria indignación en redes sociales por el maltrato animal en la +Kota, para vergüenza nacional, no se ha dejado ver ni una pálida condena ni de animalistas ni de organizaciones no gubernamentales y menos de ciudadan@s, a los responsables intencionales del incendio de un asilo de ancianos en Mexicali, en el que murieron cruentamente quemados 17 de ellos y se encuentran heridos y delicados otros tantos, además de que después de una semana ningún deudo reclama algún cadáver.
La amplia difusión de los medios de comunicación del condenable maltrato animal en la tienda la +Kota, frente a la pálida información del incendio intencional de la Casa Hogar Hermoso Atardecer, pone al descubierto la urgente pregunta en torno a si el animalismo está desplazando al amor civil del humanismo. Es indudable que la inteligencia humana y su organización cultural deben corresponder a la protección de la fauna, pero no al extremo de expulsar de lo humano al humanismo, arrollados por la moda anglosajona que privilegia a los animales y desatiende a los seres humanos.
Claro que es humano proteger a los animales, sí y sólo sí somos capaces de indignarnos con tal rabia, dolor y vergüenza cuando se trata de políticas públicas truculentas y administraciones apocalípticas que abandonan a las llamas a los ancianos, en albergues inhabitables e inseguros, como resultado de una política pública tan voraz como cretina.
