Antonio Aguilera / @gaaelico
Jaime Darío Oseguera le debe a controvertido e impugnado ex gobernador de Coahuila, Humberto Moreira, el haber sido designado como candidato a diputado local en el proceso electoral 2011, esto a regañadientes del entonces candidato del PRI y puntero en las encuestas, Fausto Vallejo Figueroa.
El premio, que a la postre se tradujo en una diputación local, se lo grajeó Oseguera Méndez derivado de una entrañable amistad con el cuestionado gobernador cuando se desempeñó como delegado del CEN del PRI en Coahuila, en el 2010, a quien le ayudó a operar la imposición de su hermano Rubén Moreira como el candidato a gobernador y su sucesor, en una de las más sonoras acciones de nepotismo en México.
La relación de Moreira con Jaime Darío se acrecentó cuando el coahuilense asumió la dirigencia nacional del PRI, impulsado por el entonces gobernador del Estado de México y a la postre candidato: Enrique Peña Nieto.
Humberto y Jaime Darío se dedicaron a dejar intacto el clan Moreira en Coahuila, para después pasar a Michoacán, en el 2011, en donde ya estaba más que cocinada la candidatura de unidad entorno a Fausto Vallejo.
Por el escritorio del ex alcalde de Morelia –como indica la vieja usanza priísta- pasaba el último palomeo a todas las candidaturas del PRI para los puestos que se iban a jugar en esa elección, una de las cuales era la del Distrito electoral 16, en donde el candidato buscaba colocar a sus más cercanos colaboradores.
Sin embargo, en una reunión cerrada con Moreira, en su calidad de dirigente nacional, le encargo a Vallejo: “te encargo mucho a Jaime Darío”, lo que también en el argot priísta, representa la petición formal para que Vallejo ungiera candidato al ex dirigente estatal del PRI.
Por lo que Vallejo consultó a sus más cercanos jerifaltes de campaña qué hacer con el tema Oseguera. Los testigos de una reunión del equipo de campaña narran que Fausto Vallejo se negaba otorgarle la candidatura por un distrito ganable al PRI a quien había sido uno de sus más acérrimos rivales y más connotados críticos en la historia previa del priismo michoacano.
“Entonces Vallejo le preguntó a Reyna: ¿Tú le daría una candidatura a Jaime Darío?, y sin pensarlo el coordinador de la campaña le respondió al candidato: yo no le daría nada a ese traidor. Sin embargo, con una postura más prudente, Armando Ballinas Mayés le comentó a Vallejo: Fausto, yo soy de la antigua escuela, y creo que debe acatar una petición del dirigente nacional”.
Al final, Oseguera Méndez contendió y ganó el distrito 16 por Morelia, y por aquellos días se dijo “un vallejista convencido”.
Sin embargo, al mes del triunfo del PRI en Michoacán en el 2011, la lealtad de Jaime Darío Oseguera hacia Humberto Moreira se borró como mensaje en la arena, debido a la caída del ex gobernador de Coahuila de la dirigencia nacional a petición del potencial candidato a la presidencia, Enrique Peña Nieto.
Moreira dejaba la dirigencia nacional expulsado por el escándalo de las denuncias en su contra por el delito de fraude, falsificación y utilizar documentos apócrifos para solicitar créditos cuando fue gobernador de Coahuila, la cual dejó una deuda de 34 mil millones de pesos.
Con este cambio, Jaime Darío Oseguera volvía a aplicar su máxima de la lealtad es hacia donde te lleve el viento.
Su historial de fidelidades al interior del PRI, lo hacía merecedor de señalamientos en su contra por adulterios políticos: surgió de la escuela de Jesús Reyna, quien lo formó y lo impulsó hasta convertirlo en dirigente estatal del PRI, en donde se opuso a que Fausto Vallejo se presentará como candidato a alcalde en el 2007.
Pero pocos años después rompió con Reyna García y coqueteó con el vallejismo, pero Fausto Vallejo no olvidaba su oposición constante a su proyecto, por lo que lo rechazó.
Cuando llegó al Congreso del Estado, Jaime Darío se integró de llenó al equipo de Ascensión Orihuela Bárcenas, transformándose en su operador en la búsqueda por la sucesión de Fausto Vallejo y para tratar de cerrarle el paso a Jesús Reyna.
Cuando comenzaron los problemas de salud del gobernador Vallejo, Oseguera era el ariete orihuelista para impedir el relevo del Secretario de Gobierno, y en su lugar preferían impulsar a Salvador Galván.
El día en que las comisiones sesionaron para aprobar la licencia del gobernador y buscar el sustituto, Jaime Darío Oseguera prefirió abstenerse cuando se votó la designación de Jesús Reyna como gobernador interino de Michoacán en abril del 2013.
Ahora, tras la caída de Fausto Vallejo y el encarcelamiento de Jesús Reyna, Oseguera sintió que era su momento, por lo que se entregó a los brazos (políticos) del ex Comisionado Alfredo Castillo, quien junto a Ascensión Orihuela lo hicieron secretario de Gobierno.
Su compromiso con la gobernabilidad duró unos pocos meses, y confirmada la designación de Chon Orihuela como gobernador, Jaime Darío se apoderó de la candidatura del PRI para Morelia, provocando un abierto rechazo y la desbandada de muchos militantes.
El cuate de Moreira pretende ahora gobernar Morelia, pero para ello necesita disputarle la estructura a Fausto Vallejo, quien no olvida quién es Jaime Darío Oseguera.