Pável Uliánov Guzmán / @PavelUlianov
El Juego de Pelota P´urhépecha o Uárhukua Ch´anákua, mantiene antecedentes históricos de más de 3000 años de antigüedad y es característica esencial de la cultura y tradiciones del pueblo p´urhépecha.
La escena “Juego de Pelota”, consistente en ocho figurillas prehispánicas, cinco figuras masculinas de pie y tres figuras femeninas sentadas que los acompañan, localizadas en el pasillo de la Tumba 3 en El Opeño en el Municipio de Jacona, representan hasta la fecha el antecedente más antiguo del ancestral Uarhukua Cha´nákua (Fuente: Hacedores de Tumbas/Arturo Oliveros).
La escena representa una modalidad del juego de pelota mesoamericano, practicado por los habitantes de ese lugar hace miles de años, con una datación de 1500 a 1000 años antes de la era común, por lo que son contemporáneas a las primeras figurillas olmecas de jugadores-gobernantes encontradas en La Venta, Tabasco, es decir, mantienen una antigüedad que se remonta al origen de las civilizaciones mesoamericanas.
En las figurillas de El Opeño, los jugadores sujetan con la mano una especie de bastón, con protectores en las piernas y una banda en la cabeza, por su parte, las tres mujeres se encuentran desnudas portando solamente una banda, acompañando a los jugadores prehispánicos.
En el juego, se utilizaba una especie bastón para golpear la pelota, lo cual no es únicamente evidente por estas figuras, sino porque de algún modo, ésta tradición se ha mantenido hasta nuestros días entre los p´urhépecha mediante el juego Uárhukua Ch’anákua (Juego de Pelota Purhépecha/Janhari Axuni).
Por otro lado, en la mitología p’urhépecha, se habla de un enfrentamiento que sostuvieron dos dioses en un juego de pelota, Cupanzieeri y Achuri-Hirepe: “el dios llamado Cúpanzieeri jugó con otro dios a la pelota, llamado Achuri hirepe, y ganóle y sacrificóle en un pueblo llamado Xacona y dejó su mujer preñada de Sirátatápezi” (Relación de Michoacán/Jerónimo Alcalá).
En este marco, en el panteón p’urhépecha, la deidad Cupanzieeri representa al sol, mientras que Achuri-Hirepe es identificada como “la noche que se apresura” (Mitología Tarasca/ José Corona).
Finalmente, existe la posibilidad de que estos juegos de pelota fueran una especie de entrenamiento, debido a que se aplicaba mucha violencia física, estos juegos pudieron haber servido como preparación para los jugadores-guerreros.
En conclusión, Uárhukua Ch’anákua es un juego que se practica en tierras michoacanas por lo menos desde hace 3000 años, su práctica se ha transmitido de generación en generación y forma parte de las tradiciones, cultura e historia del pueblo p´urhépecha.