Política


El PRI usa la fuerza y utiliza el aparato mediático para desacreditar movimientos: periodista

Revolución TRESPUNTOCERO

El regreso del Partido Revolucionario Institucional (PRI) a la presidencia de la República estuvo acompañado del discurso de cambio de este instituto político, en donde la militancia y la dirigencia pregonaban que las viejas prácticas del partido habían quedado atrás.

En esta idea que vendieron durante el 2012, daban cuenta de la llegada de un “nuevo PRI”, el cual dejaba atrás su pasado represivo y se “comprometía” con México de cara al futuro, con una “generación de jóvenes” que eran parte de su apuesta para recuperar el poder y hacer política “con ideas frescas”.

No obstante, sólo bastaron las primeras horas del gobierno de Enrique Peña Nieto para demostrar que el “nuevo PRI” sólo estaba en el discurso, pues con la represión suscitada a las afueras de San Lázaro durante su toma de posesión, mostraban que el autoritarismo seguía formando parte de su manera de hacer política.

Para Arturo Rodríguez, el viejo PRI nunca se fue, sólo retornó al poder con sus acostumbradas prácticas replanteadas. El autor del libro “El regreso autoritario del PRI”, afirma que las viejas formas de “jugar” en política de los tricolores sólo se potenciaron con este retornó a la silla presidencial en 2012.

En entrevista con Revolución TRESPUNTOCERO, afirmó que con los actos de violencia cometidos contra jóvenes opositores el 1 de diciembre de 2012 a las afueras de la Cámara de Diputados, el PRI echó a andar un nuevo modelo de represión contra la disidencia, el cual además de la agresión física, añade el desprestigio mediático de todos aquellos opositores a su régimen.

En este sentido, habló sobre el caso del movimiento “Yo Soy 132” y la oposición a EPN durante las elecciones presidenciales. En lo referente recordó que se trató de desprestigiar a este movimiento a través de infiltrados, en aras de desacreditarlos ante la sociedad, para luego culminar la acción represiva con las agresiones afuera del palacio legislativo de San Lázaro el 1 de diciembre.

“En 2012 surge el movimiento ‘Yo soy 132’ el cual toma como banderas de lucha la democracia electoral y en medios. Pone un alto y genera movilizaciones que yo siento, precisamente por haber roto las barreras de exclusión que dividen a los bloques generacionales, en esta ocasión se puso al establishment ante una situación crítica y preocupante.

“Creo que el aparato de Estado, los grupos de poder oligárquico en este país, lograron, a través de la renovación de sus viejas prácticas infiltrar, que es un factor fundamental para la desarticulación de movimientos. Segundo, lograron exacerbar aquellos defectos que pudiera tener en la perspectiva más o menos generalizada de cómo deben ser los movimientos sociales; desprestigiar algunas de las acciones o exacerbarlas para generar una percepción adversa de la sociedad hacia la movilización, que ya se venía construyendo desde tiempo atrás pero que ahí encuentra su caldo de cultivo para magnificar estas acciones. Y finalmente acudir a una lógica de terror que el día 1 de diciembre se expresa en esta represión masiva, principalmente de jóvenes que estaban en contra de un resultado electoral a todas luces cuestionable”, indicó.

En lo referente, el periodista de la Revista Proceso manifestó que desde aquel 2012, el gobierno priísta ha utilizado esta manera de represión en contra de las movimientos, echando mano del poder mediático para desprestigiarlos y luego utilizar las fuerza para culminar la represión.

“Los medios han contribuido ampliamente a eso porque por ejemplo, hay alguna movilización y encontramos crónicas en primera plana hablando de: ‘cómo esos irresponsables manifestante no posibilitan a la gente de bien llegar a su trabajo o a la escuela’. O que hubo una parturienta que tuvo que dar a luz en el camino, porque la marcha no dejó avanzar a la ambulancia. A veces no tenemos ni la certeza de que la parturiente hubiera existido, pero se convierte en verdad, sin tomar en cuenta otros factores, por ejemplo, que en muchas de estas marchas el bloqueo principal a la circulación se da por la cantidad desmedida de agentes de seguridad que ’llegan a proteger’ a la ciudadanía”, expuso.

Aunado a lo anterior, dijo que este proceso de represión se ha ido radicalizando, y ha llevado a la sociedad a repudiar la movilización y la participación ciudadana. En este sentido mencionó uno de los ejemplos citados en su libro, en donde en un acto del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad- encabezado por Sicilia- la ciudadanía insultaba a los integrantes de esta iniciativa que reclaman justicia ante la violencia.

“En 2014, cuando el Movimiento por la Paz llegó a la Estela de Luz para hacer su conmemoración anual, no estaban bloqueando nada  pero los vehículos que pasaban, la gente que transitaba los iba insultando y estamos hablando de gente que llora porque un familiar fue asesinado o desaparecido, o de alguno modo fue víctima de esta fórmula delictiva del terror que existe en México y cómo puedes repudiarlos. En la conciencia de cualquier persona, al margen de ideología, por un elemental sentido humano, lo menos es mostrar solidaridad con esas personas.

“¿Qué es lo que ha pasado? Que el poder ha logrado su objetivo: polarizar a la sociedad mexicana y para volver al origen, esa forma de polarizar y de infundir miedo pues tiene que ver con lo que inició a partir del 1 de diciembre de 2012. El 1 de diciembre fue el momento en el que esta construcción de un modelo represivo muy sofisticado, pero que tiene todos los matices de los años 60, 70 y 80 nada más que actualizado a una nueva realidad, se puso en marcha y es a lo que hemos acudido a lo largo de estos casi 3 años”, expuso

Arturo Rodríguez hizo mención de la táctica que hoy en día implementa el PRI, es decir utilizar dos caras: por un lado donde simula ser democrático y abierto al dialogo y por otro la utilización de la fuerza para reprimir.

En este sentido, puso como ejemplo el caso de la lucha magisterial de la Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación (CNTE) en contra de la reforma educativa. Dijo que por un lado el gobierno priísta se dice “abierto al dialogo”, sin embargo por otro mandan a reprimir a los maestros de distintas formas.

“En la dimensión de la apertura democrática, ésta cara de simulación se da en el acuerdo del Pacto (por México). En el libro le dedico mucho tiempo a la reforma educativa porque me parece que expresa lo que las demás. (Los partidos) se ponen de acuerdo, y entonces dicen que es democrático porque las tres fuerzas representativas del país tomaron el acuerdo (…) El gobierno dice ‘estamos abiertos al diálogo’. Esta expresión me parece genial, porque dice, ‘estamos abiertos al diálogo democrático pero no hay cambio en la reforma educativa’, entonces para ¿qué es el diálogo, qué es lo que les quieren ofrecer’, ¿dinero?, ¿cuál es la moneda de cambio para el diálogo? O simplemente escuchar con odios sordos”, apuntó.

Aunado a lo anterior, recordó la frase dicha por EPN en torno a las oposiciones de la reforma educativa, la cual sentenciaba: “hay inercias y resistencias que deben vencerse”

“Los maestros dicen: ‘el diálogo es infructuoso y nos plantamos en resistencia’. Entonces el presidente dice, y esta ha sido una frase repetida desde el 1 de diciembre, la ha mantenido y la ha dicho en diferentes episodios generalmente relacionados con las reformas y es: ‘hay inercias y resistencias que deben vencerse’.

“Entonces qué son las inercias y resistencias que deben vencerse y cómo que deben vencerse. Y yo encuentro la explicación en el momento en que la tuitea y además la expone en un mensaje el 13 de septiembre de 2013 cuando desalojan a los maestros del zócalo. Entonces dice “hay inercias y resistencias que deben vencerse” y a los minutos entra el ejército con disfraz de policía federal al Zócalo a sacar a los maestros. Y es evidente el mensaje y la carga autoritaria del asunto que desvirtúa, y es una expresión de la mascarada democrática”, sostuvo.

Por otro lado, el periodista habló sobre la simulación que ha emprendido el gobierno ante la presión internacional, derivada entre otras cosas, por la crisis de derechos humanos que aqueja a la nación.

“Hay una presión internacional. Los estadounidenses son muy dados a generar observatorios sobre democracia o libertades que es lo que les da la posibilidad de invadir. Entonces hay una presión internacional que dice: ‘estas fallando en democracia, transparencia y libertades’. Pero empieza la simulación del gobierno diciendo: ‘pero tenemos alternancia, tenemos libertades, hemos ratificado los derechos humanos y los hemos elevado a rango constitucional. En materia de transparencia, presidimos la alianza por el gobierno abierto y tenemos una ley’, esto ante cuestiones como la casa blanca. Entonces esa es parte de simulación frente a la presión internacional”, dijo.

Por esta clase de acciones presentes en el retorno del PRI, el periodista afirmó que hoy en día es posible decir que el autoritarismo forma parte de la manera de gobernar del PRI, misma que no ha cambiado a pesar de sus 12 años fuera de Los Pinos.

17 julio, 2015
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